Red de Caminos
Naturales
Etapa 21: Tudela - Buñuel
Descripción
El Bocal de Fontellas y el Canal Imperial de Aragón
El GR 99 avanza entre estas dos localidades en pleno contacto con la orilla derecha del río. De Tudela, desciende al azud de la mejana de la Mosquera, origen del canal de Tauste y continúa hasta el soto de El Carrizal, desde donde una senda entre cañaverales lleva al conjunto histórico e hidráulico de El Bocal de Fontellas, inicio del Canal Imperial de Aragón, construido entre los siglos XVI y XIX. Sigue a lo largo de la vega de Ribaforada, siempre sobre la plataforma de defensa del río, para terminar en el parque fluvial de Buñuel, tras atravesar la Reserva Natural del Soto del Quebrado, el Ramillo y la Mejana.
En el extremo oeste del parque del Prado de Tudela (250 m), junto a la desembocadura del río Queiles, se inicia esta etapa, que avanza por este espacio verde. Al final del mismo a mano derecha, se puede continuar la calle y cruzar las vías del ferrocarril por una pasarela para conectar con los Caminos Naturales Agua Soriano y ViaVerde del Tarazonica. Sin embargo, el sendero del Ebro sigue por la ruta de BTT en dirección a la orilla del Ebro, que continúa por el camino del Tamarigal. Por él se llega a la mejana de la Mosquera, origen del canal de Tauste, cuya boquera se emplaza en la orilla opuesta. Junto a su azud han surgido varias mejanas, la mayor de ellas cultivada y separada de tierra firme por un canal de inundación.
El sendero bordea dicho canal y prosigue paralelo al cauce del Ebro. Más adelante, tras salvar el río Tudela, la pista muere en un ensanche, junto al soto de El Carrizal y frente a los sotos de El Raso y Belver, en la margen opuesta.
Desde este punto, una senda flanqueda por cañaverales conduce a la casa de compuertas del poblado de El Bocal Real (término de Fontellas), lugar de nacimiento del Canal Imperial de Aragón. El conjunto se divide en dos partes. Una se emplaza junto a la actual presa, de 1790, y el citado edificio (1780), realizados por Ramón de Pignatelli. Un carril asfaltado conduce a la otra parte, donde se dispone el palacio de Carlos V, obra de Gil Morlanes (siglo XVI, reformado en el XIX) por encargo de este rey, quien construyó también una presa, hoy sin uso, y una casa de compuertas destruida por la riada de 1722. En este barrio destaca un majestuoso roble (Monumento Natural de Navarra), en el jardín del palacio; así como un laberinto de setos, una iglesia, el poblado de los encargados del mantenimiento, un restaurante y un merendero.
Desde la puerta principal de El Bocal la ruta pasa, sin cruzarlo, el puente de Formigales sobre el Canal Imperial de Aragón, sigue de frente y, enseguida, gira a la izquierda (noreste), entre campos de cultivo por el soto de Fontellas (camino del Medio).
Poco después vuelve a girar a la izquierda en dirección a la defensa del río Ebro (con vistas hacia las poblaciones de Cabanillas y Fustiñana, en la orilla opuesta), supera el desvío a la localidad de Ribaforada, sita a un kilómetro y continúa en coincidencia con el SL-NA 223, cruzando la NA-5200, que une Ribaforada con Fustiñana.
Siguiendo de frente comienza a disfrutarse de una mayor frondosidad cuando se alcanza la Reserva Natural del Soto del Quebrado, el Ramillo y la Mejana, que ofrece un paisaje de álamos, olmos, tamarices, sauces y otras muchas especies de ribera, ya en el término de Buñuel.
Continuando por la escollera, el siguiente tramo del sendero comparte camino con el SL-NA 224 hasta el final de la etapa, situada en una zona recreativa junto a la localidad de Buñuel, donde convive una gran variedad de árboles.
Los primeros edificios del lugar se alcanzan por el carril de la derecha en unos cuantos metros. La población ofrece varios servicios (alojamiento y comidas, entre otros). Además cuenta con la contemporánea iglesia de Santa Ana, de origen renacentista del siglo XVI; el palacio de los Condes de Altamira (del s. XVIII), hasta fechas recientes ocupado por la orden de San Juan de Jerusalén; la biblioteca y la casa de cultura.
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El Canal Imperial de Aragón
Obra cumbre de la historia del aprovechamiento de las aguas del Ebro y una de las grandes realizaciones hidráulicas europeas, fue iniciada en el siglo XVIII con vocación de convertirse en un canal de riego y navegación hasta el mar. Sin embargo, la idea se retrotrae a Fernando el Católico, quien concedió a las Cortes de Aragón el permiso para su construcción. Pero las obras comenzaron en época de Carlos I, con la recogida de aguas en El Bocal de Fontellas. Esa primera canalización se conoce como Acequia Imperial.
Cuando en 1768 se constituyó la "Compañía del Canal de Aragón" y en 1772 Ramón Pignatelli fue nombrado su protector, se continuó el proyecto. Pignatelli culminó el acueducto del Jalón (1780), principal escollo que había provocado el fracaso de la Acequia Imperial, y en 1786 llegó el agua a Zaragoza. El trabajo de miles de campesinos, presidiarios y militares dio su fruto. En 1826 el descubrimiento de vetas de arcilla, necesaria para revestir la obra, permitió reiniciar los trabajos, que siguieron intermitentes durante el siglo XIX.
Su recorrido lleva por las localidades navarras de Ribaforada, Buñuel y Cortes y se adentra en Aragón, acercándose a Novillas, Mallén, Gallur, Boquiñeni, Luceni, Pedrola, Figueruelas, Grisén, Alagón, Pinseque, Zaragoza, El Burgo y Fuentes de Ebro, donde concluyen sus 110 km, en los que salva un desnivel de 125 m. En el trayecto encauza un caudal de entre 25 y 30 m³/s y riega casi 27.000 ha. La obra está repleta de muestras de ingeniería hidráulica; elementos arquitectónicos como almenaras de riego, acueductos, sifones y dársenas; y edificios como la presa y palacio de Carlos V o la casa de compuertas de Pignatelli. Administrativamente, depende de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).