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Cultura
Ermita de San Roque de Ternils
El municipio de Carcaixent cuenta con un patrimonio vasto y rico en el que destacan las construcciones religiosas, siendo el edificio más antiguo conservado en el municipio la Ermita de San Roque de Ternils. Esta construcción emblemática está situada en el lugar que ocupó la antigua población morisca de Ternils, que desapareció como tal en el siglo XVI a causa de epidemias, continuas riadas y la expulsión de los moriscos.
En el siglo XIII, a raíz de la conquista cristiana, se levantó esta construcción, que originariamente se constituyó como iglesia de Ternils, dedicada a San Bartolomé. Posteriormente, con la despoblación, pasó a ser ermita.
El edificio tiene un diseño sencillo, correspondiente con el gótico valenciano inicial, consistente en una sola nave de forma rectangular con arcos apuntados y una cabecera que sobresale en planta. A lo largo de todo el interior podemos encontrar una decoración basada en figuras geométricas como rombos, que presentan las cuatro barras rojas y amarillas.
Su fachada externa está colocada a los pies del edificio por donde se accede al recinto a través de una portada con arco de medio punto en la que destacan unas dovelas de tamaño desigual y gran envergadura. Como detalle destaca un pequeño tragaluz centrado sobre la dovela central, cuya misión es facilitar la iluminación de la ermita.
Siguiendo con la parte exterior, merece la pena destacar la presencia de contrafuertes y, sobre ellos, una cubierta a dos aguas con cornisa bicolor de estilo mudéjar en las que se alternan piezas de canto con otras colocadas de forma horizontal y en diente de sierra.
La Ermita de San Roque de Ternils tiene la declaración de Monumento Artístico Nacional y se trata de la primera parroquia cristiana de la Huerta de Carcaixent, una de las llamadas “iglesias de la reconquista”, y fue un núcleo sedero de reconocido prestigio del s. XVI al XIX.