Etapa 4: Uña – Villalba de la Sierra

La cuarta etapa del Camino Natural del Júcar comienza junto al panel interpretativo situado en el aparcamiento de la localidad de Uña. Un estupendo punto de partida situado en un impresionante marco natural formado por la laguna de Uña y los cortados típicos del Parque Natural de la Serranía de Cuenca.

El viajero comienza la etapa despidiéndose de la bella localidad conquense avanzando en dirección a la capital por la carretera CM-2105. En primer lugar, este caminar se realiza por la acera y tras finalizar esta, se continua por el arcén, por lo que se recomienda extremar las precauciones. Después de superar el río Júcar, se cruza la carretera abandonándola definitivamente, tomando una pista asfaltada. Antes de continuar por el trazado del Camino Natural propiamente dicho, bien merece desviarse tal y como invita la señalización y visitar el travertino de Uña, una formación geológica de gran interés y belleza.

Continuando por el trazado del Camino Natural la pendiente se vuelve ascendente. La ruta deja a la izquierda el punto limpio de la localidad y el cementerio de Uña, momento en el cual la pista pasa a ser de tierra. Envuelve entonces el recorrido un bosque de coníferas, formado principalmente por pino silvestre (Pinus sylvestris) y pino negral (Pinus nigra) que cada vez se hace más patente, aumentando su espesura, y regalando al viajero su agradable sombra.

Se llega entonces a un cruce de caminos perfectamente señalizado donde se ha de girar a la izquierda. Poco después, el caminante alcanza la señal que indica el inicio de un tramo a pie al mismo tiempo que prevé la pendiente pronunciada que será la tónica habitual de este tramo.

Una actitud firme y decidida será la perfecta aliada del viajero que a partir de aquí debe afrontar este tramo de poco más de 1,5 kilómetros que pondrá a prueba su forma física haciendo, al mismo tiempo, las delicias de los enamorados del paisaje serrano. Este tramo discurre totalmente por senda zigzagueando en su parte final, evitando así asumir pendientes mayores.

Tras el esfuerzo, se alcanza el Mirador de Uña, una merecida recompensa y lugar perfecto para reponer fuerzas contemplando las panorámicas del curso alto del Júcar, de la Serranía de Cuenca y de la localidad de Uña, de la que se observa una de sus postales más bellas. Mesas explicativas informan al viajero de la orografía más destacada y del resto de valores naturales de este rincón mágico.

Tras este breve receso es necesario proseguir el viaje tomando la pista de tierra que nace en el mirador. Llaneando se alcanza el kilómetro 4 de la etapa y, poco después, la torre de extinción de incendios donde se inicia un pequeño tramo campo a través. El itinerario continúa siguiendo las balizas de Caminos Naturales que conducen a cruzar la carretera CM-2104, de nuevo un punto donde es necesario extremar las precauciones, para continuar por la pista de tierra.

Poco después, se alcanza el hito kilométrico 5, confirmándose así que se continua por el itinerario correcto. Sin darse cuenta, el caminante se encuentra inmerso en la Ciudad Encantada, si bien es cierto que el itinerario no visitará las formaciones geológicas más famosas, no se debe despreciar esta oportunidad de conocer los rincones menos explorados de este bello paraje, disfrutando además de la flora y la fauna que el viajero más sigiloso tendrá el privilegio de observar con tranquilidad.

Se suceden los cambios de firme que, en algún caso, se torna a senda y, en ocasiones, se ha de transitar campo a través, cosiendo balizas de Caminos Naturales. Siempre que sea posible se recomienda utilizar algún dispositivo móvil con el track oficial de la página web de Caminos Naturales (https://www.mapa.gob.es/es/desarrollo-rural/temas/caminos-naturales/caminos-naturales/sector-centro/jucar/default.aspx).

Tras superar el kilómetro 7 de la etapa, se observan las figuras más curiosas de la Ciudad Encantada. Cinceladas con calma por el paso del tiempo, ofrecen una invitación al viajero a detenerse y jugar a imaginar, junto a sus compañeros de viaje, a que se pueden parecer estas formaciones. Poco después de superar el punto kilométrico 8 se gira a la izquierda en el cruce de caminos y, antes de un nuevo hito kilométrico, se toma el camino de la izquierda en una bifurcación, que avanza cresteando disfrutando de espectaculares vistas del paisaje serrano.

El trazado va ganando metros de altura para culminar en el Mirador de Villalba de la Sierra. Un lugar espectacular donde echar la vista atrás y disfrutar de lo recorrido y divisar lo que queda por recorrer. Antes de continuar el lugar bien merece una pausa. Así se puede tomar un tiempo para recuperar fuerzas en el banco colocado ex profeso y aprender más curiosidades de las especies de ungulados que pueblan el Parque Natural de la Serranía de Cuenca gracias a un panel situado junto al banco.

Tras esta merecida pausa que reconforta cuerpo y alma, se inicia el descenso que en primer lugar se realiza por senda para metros después tomar el camino de tierra a la izquierda, todo ello debidamente señalizado. El rápido y cómodo descenso zigzaguea ladera abajo al mismo tiempo que el denso pinar, predominante durante toda la etapa, da paso a un encinar con un rico sotobosque poblado de especies propias del monte mediterráneo.

El final del descenso está marcado por un panel interpretativo que ofrece información sobre el cercano Salto de Villalba, que bien merece una visita, al igual que el cercano Ventano del Diablo. En este punto también se despide el encinar, siendo ocupado el terreno por cultivos agrícolas de la cercana vega del río Júcar.

El viaje continúa girando a la izquierda y avanzando en paralelo a la carretera CM-2105 hasta llegar a cruzarla. Al otro lado, se suceden el puente sobre el río Júcar y el panel interpretativo que indica el final de la cuarta etapa del Camino Natural del Júcar, y que da la bienvenida a la localidad de Villalba de la Sierra.