Red de Caminos
Naturales
Etapa 3. Chipude - Vallehermoso
Descripción
Inmerso en plena laurisilva el viajero culmina esta etapa disfrutando del sabinar canario, con el roque cano como antesala de la población de vallehermoso
Con una longitud de 14,2 km, la tercera etapa del Camino Natural parte de la plaza de Chipude y, tras atravesar los núcleos rurales de El Cercado y Las Hayas, donde destaca la artesanía y la gastronomía tradicional, se adentra en pleno corazón del Parque Nacional de Garajonay, en la zona del Jardín de Las Creces, para terminar en el pueblo de Vallehermoso, históricamente uno de los principales ejes de la agricultura de exportación.
A las faldas de la zona arqueológica de la Fortaleza está situada la localidad de Chipude, punto de partida de la tercera etapa del Camino Natural. Comenzando tras el panel informativo que existe en uno de los laterales de la plaza, donde destaca la ermita de Nuestra Señora de la Candelaria del siglo XVI, la ruta bordea la localidad hasta que se une con la CV-18 a la altura de Los Lavaderos de la Vica. Tras recorrer unos 200 metros por la carretera, el camino se desvía a la izquierda para atravesar el barranco de Los Manantiales, aún bajo la imponente presencia de la Fortaleza de Chipude, que el viajero poco a poco va dejando atrás.
Después de volver a cruzar la CV-18, el camino continúa hasta El Cercado, núcleo rural de gran tradición alfarera donde se sigue trabajando el barro sin la ayuda del torno a la manera prehispánica, mostrando un paisaje salpicado de palmeras canarias, huertas y antiguos bancales en el barranco de La Matanza. El camino atraviesa el núcleo urbano hasta llegar al panel informativo situado al final del pueblo, donde la ruta abandona la zona asfaltada para transformarse en un sendero que de nuevo conduce al viajero por un bello paisaje de laderas abancaladas sobre la cabecera del barranco del Agua, perteneciente a Valle Gran Rey, donde se encuentra el parque rural del mismo nombre, sin duda, el más impresionante de los barrancos de La Gomera. En las partes más altas se distinguen las capas de roca de sucesivas erupciones volcánicas, apareciendo al fondo varias poblaciones que se asientan sobre las fértiles tierras de los fondos de valle. Es una de las vistas más espectaculares del camino.
Tras un corto pero continuado ascenso atravesando un tramo en el que se debe prestar atención a posibles desprendimientos, se alcanza el núcleo rural de Las Hayas, precedido de un magnífico palmeral. Los últimos 680 m transitan por la carretera que atraviesa la pequeña población. Tomando el camino del Coromoto, se alcanza la ermita de la localidad, en la que existe una zona acondicionada con mesas, parrillas y fuente de agua potable. En pocos metros, el viajero se adentra de nuevo en los límites del Parque Nacional de Garajonay.
Tras avanzar por un estrecho sendero, se alcanza otro camino que permite continuar disfrutando de la magia de estos bosques de laurisilva, envueltos habitualmente en brumas que proporcionan a la vegetación la llamada lluvia horizontal, cuyo aporte de agua llega a superar incluso al de las precipitaciones verticales. La etapa prosigue hasta llegar a la zona recreativa de Las Creces, antigua majada donde se criaba ganado hasta los años 50, que actualmente ofrece al viajero un rincón donde tomar un descanso y refrescarse bajo los grandes árboles.
Después de abandonar el área recreativa de Las Creces se continua por camino, cruzando la carretera dorsal (GM-2), comenzando después el descenso por la ladera de la montaña de Araña entre un atractivo bosque de laurisilva, donde los abundantes musgos y líquenes continúan cubriendo completamente los troncos de los árboles. El mirador Risquillo del Corgo ofrece una amplia panorámica de la cuenca de Vallehermoso, históricamente la zona agrícola más productiva de la isla. La ruta continua por la cumbre pasando por la zona de transición entre el monteverde y el bosque de sabina canaria (Juniperus phoenicea var. canariensis) más extenso del archipiélago, zona conocida como la meseta de Vallehermoso. Una vez superado el punto kilométrico 34 el camino atraviesa la pista forestal que va a la ermita del Carmen, comenzando un descenso serpenteante, en el que se suceden tramos escalonados con peldaños de madera, que conducen hasta un cerro rocoso desde el que se puede contemplar el fértil valle de Vallehermoso, flanqueado por el roque Cano, donde las sabinas salpican a modo de lunares toda la ladera. Siguiendo las indicaciones del camino, se llega a un nuevo cruce de caminos con una pequeña captación de agua, para continuar por un corto pero pronunciado descenso entre viñedos abancalados al pie de una gran pared de roca, que conduce hasta la pista asfaltada que va a La Rosa de las Piedras, pequeño núcleo rural situado en el barranco del Ingenio. En poco más de 400 metros se alcanza la presa de La Encantadora, una de los principales embalses de la isla, donde un área recreativa con varios paneles interpretativos invita a descansar y disfrutar de este paraje.
La ruta continúa bordeando la presa por su lado derecho, en un tramo de 1,25 km de camino mal asfaltado que transita a los pies del roque Blanco, por el cual habrá que ir con precaución al estar compartido con vehículos y presentar riesgo de desprendimientos. En este punto el camino se transforma en una senda, iniciándose un exigente ascenso de, aproximadamente, 500 m, durante el cual se puede disfrutar del paisaje, la geología y la vegetación predominante en la zona norte de la isla. Además del fayal-brezal, la cercana cara norte del roque Blanco alberga importantes poblaciones de plantas rupícolas, muchas de ellas endémicas, y la mejor comunidad de madroño canario (Arbutus canariensis) de la isla.
Al final de la subida, el caminante podrá deleitarse con las fascinantes vistas de los barrancos del Ingenio (oeste) y de Garabato (este) bajo la imponente figura del roque Cano, a cuyos pies se encuentra Vallehermoso. Desde aquí y hasta alcanzar dicha localidad, el camino desciende proporcionando bellas panorámicas del barranco del Ingenio y su valle moteado de palmeras canarias y bancales.
El camino se adentra en Vallehermoso por la carretera del barranco del Ingenio y, siguiendo las señales que van apareciendo en distintos puntos de la localidad, desemboca en la plaza del Ayuntamiento, donde un panel interpretativo indica el final de la etapa. En esta misma plaza se puede enlazar con una de las etapas del Camino Natural Costas de La Gomera, con el que tendremos posibilidad de volver a cruzarnos en la playa de Vallehermoso.
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Información adicional
Parque Nacional de Garajonay
El Parque Nacional de Garajonay fue creado en 1981 con el fin de proteger la mejor muestra conservada de laurisilva canaria, y fue incluido en 1986 en la lista del Patrimonio Mundial por la UNESCO como reconocimiento a sus valores naturales, consiguiendo así la máxima categoría que puede alcanzar un Espacio Natural Protegido. Ocupa una extensión de 3.984 ha, localizándose en la altiplanicie central de la isla de La Gomera.
La presencia durante todo el año del mar de nubes provocado por el choque de aire húmedo transportado por los vientos alisios del noreste con las cumbres de las islas hace que el aire se eleve y se condense formando una zona de nieblas, indispensable para la existencia del monteverde canario, formación vegetal dominante y característica del Parque.
Bajo el término de monteverde se engloban los dos tipos de bosque que ocupan el 85% de la superficie del Parque: por un lado la laurisilva, bosque nuboso subtropical con árboles cuyas hojas se parecen a las del laurel, característica de la que toma el nombre, como el viñátigo (Persea indica), el tilo (Ocotea foetens), el laurel (Laurus azorica), el palo blanco (Picconia excelsa), el acebiño (Ilex canariensis) o el sanquino o sanguinero (Rhamnus glandulosa), con una gran cantidad de musgos, helechos y plantas herbáceas que ocupan los enclaves más húmedos y umbrosos; y por otro lado el fayal-brezal, formaciones con elevada presencia de brezos de porte arbóreo (siendo el Parque uno de los lugares del mundo donde estas plantas alcanzan mayor tamaño) y fayas, que aparecen en lugares más secos, con peores suelos -por ello suelen aparecer en los límites superiores de la laurisilva y en las zonas escarpadas y expuestas al viento- o como resultado de la degradación de la laurisilva por la acción antrópica.
En el Parque Nacional de Garajonay habitan multitud de especies de flora y fauna, contando con unos 120 endemismos vegetales y más de 150 animales, lo que le convierte en el lugar de Europa con mayor número de endemismos por unidad de superficie.