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Cultura
Poblado ibérico de San Cristóbal
Es un templo robusto construido fundamentalmente con sillería. Cuenca con planta de cruz latina y una sacristía que se encuentra adosada en el lado derecho de la ermita y que crea un ábside secundario. Ya en el interior de la ermita sobresalen las pinturas murales que decoran la cúpula central del templo. Durante la guerra civil muchas de las imágenes, así como objetos valiosos que poseía este edificio religioso fueron destruidos, no obstante, posee un retablo mayor construido con posterioridad y en el que destaca la imagen del santo al que está dedicado el templo.
Según los estudios arqueológicos este lugar estuvo habitado entre los siglos VII y VI a.C. Con respecto a su trazado urbanístico, los restos hallados han puesto de manifiesto que no existe regularidad ni calles, a diferencia de lo que sucede en otros asentamientos vecinos, sino que las viviendas aparecen yuxtapuestas, situándose en la zona norte del poblado las de mayores dimensiones y en la sur las edificaciones más pequeñas.
Aunque se trata de un yacimiento que guarda similitudes con otros asentamientos de la zona, en el caso de este poblado se observa una evolución en la construcción de las viviendas, ya que aparecen los primeros revestimientos de barro en los muros. Además de los restos de edificaciones, en la zona han sido encontrados un gran número de materiales como las cerámicas, molinos de mano, pesas de telar o brazaletes de bronce.
Asimismo, durante las excavaciones también fue hallada la necrópolis, que consta de una veintena de túmulos y una cista distribuidos en agrupaciones aisladas y ubicados en una de las laderas próximas al poblado. A diferencia de otros poblados vecinos donde se han hallado construcciones con fines defensivos, en el caso del yacimiento de San Cristóbal en Mazaleón no se ha podido encontrar ningún vestigio de fortaleza. Lo más parecido a una infraestructura defensiva es una estructura circular cuya función no ha sido posible precisar, aunque se piensa que pudo tratarse de una extinta atalaya cuya labor era la de vigilar el entorno del poblado.
La importancia arqueológica de este asentamiento ha motivado su protección a través de la consideración del yacimiento como Conjunto de Interés Cultural.