Red de Caminos
Naturales
Etapa 25: Utebo - Zaragoza
Descripción
Zaragoza, ciudad milenaria
La iglesia mudéjar de Utebo señala el inicio de esta etapa, que se dirige a la pedanía zaragozana de Monzalbarba. Tras cruzar a la orilla izquierda del Ebro, a través del puente de Alfocea, se alcanza el galacho de Juslibol. Desde el núcleo urbano de Juslibol se llega, por el camino de Ranillas, a la ciudad de Zaragoza. Aquí se atravesará la avenida de Ranillas, la arboleda de Macanaz y culminaremos la jornada en el emblemático puente de Piedra, en pleno centro de la urbe, junto a la emblemática plaza del Pilar. Volviendo a la avenida de Ranillas, es posible tomar la variante del Parque Metropolitano del Agua, situado junto al recinto de la Expo 2008. Ya en la pasarela de La Almozara, se puede escoger la variante de la margen derecha, que conducirá los pasos del senderista hasta el puente de Piedra.
La ruta, que parte de Utebo, sigue dirección este por el camino del Alto de Machín, superando la AP-68 por un paso elevado. Descartando un desvío que lleva hacia la torre del Tiemblo, se ha de tomar el carril de la derecha que salva la acequia del Lugar, desviándose a la derecha y avanzando paralela por su parte superior hasta una bifurcación cerca de una caseta. En este camino, que transita por el carril de la derecha, se pasa junto a una vivienda y enseguida se llega a la carretera asfaltada que accede a Monzalbarba. Un barrio pedáneo de Zaragoza en cuyo casco urbano destaca la torre octogonal mudéjar de San Miguel. Esta construcción, levantada en el siglo XVI, aparece coronada por un gran nido de cigüeñas, símbolo de la localidad. El centro de Monzalbarba discurre por la calle de la Sagrada, que lo cruza por entero antes de girar al final de ella a la izquierda en dirección al puente de Alfocea, una de las infraestructuras que descansan sobre el Ebro.
Una vez alcanzada la orilla opuesta, es necesario girar a la derecha para tomar un carril de tierra, conocido por el nombre de Mota de Faci. Punto este desde el que es posible disfrutar de unas fabulosas vistas de la localidad de Alfocea.
Tras recorrer cerca de 1,5 km paralelos al cauce del río, la pista realiza un giro de noventa grados a la izquierda, desechando la primera entrada al galacho de Juslibol, y pone rumbo norte durante unos metros. El camino abandona, al poco tiempo, la mota y baja a la derecha, guiando los pasos del senderista por el enclave boscoso de este galacho. El galacho de Juslibol es un humedal singular, que corresponde a un antiguo meandro abandonado del río Ebro en el término de Zaragoza, a escasos kilómetros del centro de la ciudad.
Por el interior de este espacio, el Camino Natural del Ebro circula por sus caminos señalizados, bordeando varias lagunas; primero siempre al este, para luego girar al norte y salir cruzando un puente sobre del viejo meandro.
Inmediatamente después, el sendero pasa junto al Centro de Interpretación del Galacho, edificio bioclimático donde se da información del lugar, y se toma a la derecha, el camino de Alfocea a Juslibol, al pie del escarpe, que ofrece excelentes vistas sobre la vega y sus huertas.
Una vez se alcanza el barrio rural de Juslibol, se pasa sucesivamente junto al palacio arzobispal, la iglesia barroca de Nuestra Señora de la Asunción y distintas casonas. Superada la plaza Mayor, es hora de descender hacia la derecha, siguiendo hacia el sur, en dirección al camino de Ranillas. Las huertas existentes dan paso a la ribera del Ebro, por cuya orilla se continúa a la izquierda, sobre una pista de defensa que llega a las inmediaciones del puente de la autopista de enlace A-2.
Justo en este punto da comienzo la avenida de Ranillas, por la que se ha de avanzar algunos metros. Llegado hasta aquí, el senderista tiene dos opciones: el sendero principal, que avanza en dirección sureste por la avenida de Ranillas y posteriormente por la de José Atares, y una segunda, tomar una variante de 4,3 km por el Parque Metropolitano del Agua, que se introduce a la derecha por la mota de Ranillas (meandro de Ranillas) y bordea el citado parque y el recinto de la Expo Zaragoza 2008. Desde aquí es posible admirar el puente del Tercer Milenio y el Pabellón Puente, para salir de nuevo en busca del sendero principal por la calle Pablo Ruíz Picasso.
A partir de aquí se avanza en dirección sureste hasta alcanzar la pasarela de La Almozara. En este lugar, de nuevo, se plantea una disyuntiva: continuar por la ruta principal, que continúa por la margen izquierda hasta el puente de La Almozara, pasando por el Centro de Natación y bajo el puente de Santiago, hasta el parque de Macanaz, donde termina la etapa o, tomar la variante del margen derecho. Esta segunda opción lleva hasta una pasarela peatonal, que se ha de cruzar, y continúa junto al río pasando bajo el puente de La Almozara y el de Santiago, así como frente a la Basílica del Pilar, antes de encontrarse con la etapa 26 en el famoso puente de Piedra.
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El galacho de Juslibol
Galacho es una palabra aragonesa que designa a un brazo abandonado por el río tras un cambio de cauce o crecida. El entorno y la ciudad cuentan con un conjunto de paisajes generados por la dinámica fluvial del Ebro: sotos de Alfocea, Torre Alqué, la Almozara, o el meandro y soto de Ranillas. Estos espacios, inscritos en la Reserva Natural Sotos y Galachos del Río Ebro, cuentan con una buena representación de vegetación de ribera: carrizos, chopos, tamarices, álamos, sauces y olmos, donde se desarrolla una destacada fauna, como el ánade real, la garza o el cormorán, entre otras especies.
El galacho de Juslibol, formado tras la crecida del Ebro del 2 de enero de 1961 (la mayor del siglo XX), cuando se alcanzaron 4.130 m³/seg de caudal (16 veces su caudal medio), supone un auténtico testigo de lo que fue su dinámica fluvial. Su localización, en la confluencia de río, escarpe yesífero y zona esteparia (LIC Lugar de Importancia Comunitaria y ZEPA Zona de Especial Protección para las Aves de El Castellar), le confiere gran singularidad.
Las posteriores extracciones de gravas aportaron once pequeñas lagunas en una extensión de 102 ha, que el Ayuntamiento de Zaragoza adquirió para su protección y gestión. El lugar acoge numerosas especies vegetales de bosque ripario y otras exóticas; así como una destacada avifauna de garzas, martinetes, fochas o somormujos. A sus valores ecológicos se suma la presencia de un poblado íbero (siglo IV a.C.) y el castillo de Miranda (del siglo XI y XII) sobre los escarpes yesíferos que acompañan al galacho.