Red de Caminos
Naturales
Etapa 2. Degollada de Peraza - Chipude
Descripción
Entre impresionantes roques y fortalezas naturales el viajero se zambuye en plena laurisilva quedando grabada tan singular belleza en la memoria del viajero
Los 16,6 km de la segunda etapa del Camino Natural, desde la Degollada de Peraza hasta la plaza de Chipude, discurren por un espectacular paisaje de orografía abrupta, salpicado de roques e impresionantes barrancos. Este tramo atraviesa una de las zonas de mayor valor natural de la isla, el Parque Nacional de Garajonay, donde se conserva la mejor representación de laurisilva de todo el archipiélago canario.
El mirador de Degollada de Peraza es el punto de partida de esta segunda etapa. El recorrido comienza en la senda que aparece a la derecha del panel, para continuar por un tramo de escaleras adyacente a la carretera GM-2 por el que se llega a una pequeña zona llana, conocida por el nombre de Los Campos de las Nieves. Los brezos que comienzan a aparecer en este tramo indican que nos adentramos en la zona de transición de la vegetación hacia los límites del monteverde.
Después de recorrer unos 800 m, y tras tomar un desvío a la derecha a la altura de una vivienda particular, se alcanza la intersección con la carretera que lleva a la ermita de las Nieves, continuando por esta vía asfaltada durante 700 m, pudiendo comprobar cómo el brezal va aumentando de talla y desarrollo según el camino se aproxima a ésta. Una rampa de piedra hacia la derecha conduce hasta el área recreativa de la ermita de las Nieves, dotada con numerosas mesas y parrillas donde el viajero puede tomar un descanso y disfrutar del entorno. En el interior de la ermita se encuentra la imagen de la Virgen de la Salud, cuya festividad se celebra el segundo domingo del mes de octubre.
Continuando la ruta, el viajero atraviesa un punto donde el camino se encaja entre taludes tapizados por musgos. Descendiendo entre pinos canarios y densos brezales se alcanza la carretera GM-2, a la derecha de la cual se puede contemplar una tupida masa forestal cubriendo las laderas del barranco de Las Lajas. El trayecto prosigue por una estrecha pasarela metálica paralela a la carretera desde la que se puede apreciar de cerca, en uno de los taludes, un típico dique volcánico. Unos metros más adelante tras cruzar la carretera, el caminante puede detenerse en el mirador donde se erige el monumento a las víctimas del trágico incendio forestal de 1984 y, al mismo tiempo, contemplar la imponente mole del roque de Agando, en la cabecera del barranco de Benchijigua. El camino continúa en dirección al mirador de los Roques desde donde, si las brumas tan frecuentes en la zona lo permiten, se pueden contemplar de nuevo las escarpadas laderas del barranco de Benchijigua.
Una vez cruzada la carretera, el camino se adentra de lleno en el fayal-brezal tan característico de la isla, donde fayas (Myrica faya) y brezos arbóreos se combinan con otras especies como el acebiño (Ilex canariensis), el follao (Viburnum rigidum) y el peralillo (Maytenus canariensis), además de una gran abundancia de helechos. Cruzando de nuevo la carretera, el camino asciende serpenteante entre este bosque donde hiedras, largas cortinas de musgos y líquenes cubren los troncos de los árboles. En el sentido del avance, un cartel señaliza un desvío que el viajero no debe dejar de tomar, pues conduce hasta el espectacular Mirador del Morro de Agando; desde aquí se contempla en conjunto el Monumento Natural de los Roques, impresionante grupo de pitones volcánicos que componen uno de los paisajes más impactantes del camino, con el roque de Agando de frente y los roques de La Zarcita y de Ojila a la izquierda del mirador. Este lugar también sirve para contemplar como la naturaleza lentamente vuelve a colonizar esta zona tan devastada en el incendio de agosto de 2012, que afectó a 3.000 ha en la isla y arrasó más del 20 % de la superficie del Parque Nacional de Garajonay. De nuevo en el camino principal, una pasarela de madera facilita el cruce de la carretera GM-2 y conduce hasta el mirador de Tajaqué, desde el que, siempre que las habituales nieblas transportadas por los vientos alisios lo permitan, se puede contemplar una vez más la caldera de Benchijigua, uno de los grandes barrancos de la isla en el que se encuentra la Reserva Natural Integral del mismo nombre.
El camino continúa unos metros junto a la carretera, para luego descender por la ladera donde el viajero puede comprobar la lenta pero gradual recuperación del bosque en las zonas afectadas por el paso del incendio de 2012, observando como la mayoría de las fayas han rebrotado de cepa con vigor. Más adelante, la senda confluye en una pista forestal que hay que coger a la derecha hasta alcanzar de nuevo la carretera. En este punto la ruta prosigue paralela a la GM-2, ofreciendo vistas a la zona conocida como el lomo de La Mulata, con el roque de Agando en el horizonte, hasta alcanzar la rotonda de Pajarito.
A la izquierda del cruce, perfectamente señalizado al igual que todo el recorrido, comienza un sendero ascendente de casi 1 km que, en su primer tramo, muestra al viajero como eran estos montes antes del incendio de 2012. Un fayal-brezal joven, donde brezos, fayas y algunos laureles son acompañados de un sotobosque claro de cerrajones (Sonchus hierrensis) y ortigones (Urtica morifolia), que escoltan al viajero durante la ascensión al alto de Pajarito. Un desvío a la izquierda conduce directamente al alto de Garajonay, que con sus 1.487 m de altitud es la cumbre más elevada de la isla, pudiendo observar en días claros las vecinas islas de Tenerife, La Palma, El Hierro, incluso Gran Canaria. En este lugar, el viajero puede detenerse y contemplar los numerosos valles, barrancos, fortalezas y roques de la isla. Rodeando la construcción en piedra que se levanta en el alto y que representa un conjunto ceremonial de los gomeros prehispánicos, el caminante debe tomar una pista de piedra hacia la derecha, comenzando el suave descenso hacia Igualero.
En este punto confluyen varias rutas, pero la señalización del camino permite sin problemas continuar el recorrido. Con la imponente silueta de uno de los más singulares accidentes geográficos de la isla guiando el avance, la Fortaleza de Chipude, en poco más de 1 km se abandona la pista forestal para tomar un sinuoso sendero descendente a la derecha, desde el que se puede apreciar la labor de recuperación forestal realizada en la zona afectada por el incendio de 2012.
Alcanzada ya la carretera CV-17, el camino continúa por la calzada de acceso a Igualero, aunque pronto se desvía por un sendero a la derecha paralelo a la carretera y que conduce hasta la explanada donde se ubica el mirador de Igualero. Este mirador cuenta con un monumento al silbo gomero y con una ermita construida en homenaje a San Francisco de Asís, patrón del gremio forestal. Vale la pena detenerse en este punto y observar una panorámica completa del barranco de Erque, dentro del Paisaje Protegido de Orone, con el Monumento Natural de la Fortaleza de Chipude como fondo y observar cómo la densa vegetación de la altiplanicie central de la isla queda sustituida por la presencia de matorrales y, poco a poco, por un paisaje cada vez más árido.
El recorrido continúa por el camino asfaltado a la izquierda de la ermita y que desciende hasta el pueblo de Igualero. En poco más de 500 m, y tras tomar un desvío a la derecha, el camino se transforma en un sendero que, al filo de una vertiginosa ladera y con la Fortaleza en el horizonte, rodea el barranco de Erque ofreciendo al viajero una completa panorámica del mismo, con rodales de pino canaria salpicando el paisaje.
Una vez pasada la presa China, la ruta continua unos 700 m por un tramo asfaltado y compartido con el tráfico rodado, donde se puede disfrutar de formaciones de palmeral canario (Phoenix canariensis), para posteriormente desviarse a la izquierda por un sendero que pasa bajo la cara norte de la Fortaleza, a cuyos pies se encuentra el núcleo rural de Pavón. En las caras casi verticales de esta emblemática montaña se puede apreciar una rica flora rupícola, con especies amenazadas como el cabezón de sataratá (Cheirolophus satarataënsis) o la siempreviva (Limonium redivivum), entre otros endemismos.
Una vez en Pavón, y tras cruzar la carretera CV-12 y el barranco de Iguala, se alternan tramos asfaltados y no asfaltados hasta llegar a la localidad de Chipude, término municipal de Vallehermoso, en cuya plaza se pone punto final a esta segunda etapa del Camino Natural.
Puntos de interés
Cultura
Geología
Hidrografía
Municipio
Orografía
- Fortaleza de Chipude
- Alto de Garajonay
- Barranco de Erque
- Roque de Agando
- Roque de Ojila
- Roque de la Zarcita
- Barranco de Iguala
- Alto del Pajarito
- El Hierro
Vegetación
Perfil
Destacados
Información adicional
Roques y fortalezas
Los roques son formaciones geológicas de origen volcánico formadas por la acumulación de densas masas de lava que quedaron retenidas en los conductos volcánicos sin llegar a aflorar a la superficie, enfriándose muy lentamente y solidificándose en el interior. La erosión posterior de los materiales que recubrían estas lavas centrales, originó los numerosos pitones que aparecen en la isla como el roque Cano o el roque de Agando.
Fortaleza es el nombre que reciben determinadas montañas, de paredes rocosas y cima más o menos plana. La Fortaleza de Chipude, que alcanza una altitud de 1.243 m sobre el nivel del mar y tiene un diámetro de 300 metros, es una de las más llamativas de Canarias, claramente visible desde la isla de La Palma. Su origen es intrusivo (traquiandesitas, de naturaleza ácida y gran viscosidad), formado por la acumulación de lavas muy viscosas sin apenas recorrido en la superficie que quedaron acumuladas en la boca de la chimenea volcánica y que la erosión ha dejado al descubierto. Es Monumento Natural desde 1994, y está incluida en el área del Paisaje Protegido de Orone, Asimismo, forma parte de la Red Natura 2000 como Zona Especial de Conservación.