Puntos de Interés
Municipio
Hervás
Rodeado de bosques de robles y castaños, al norte de la provincia de Cáceres, encontramos Hervás. Este municipio, ubicado a 688 metros de altitud a los pies del Pinajarro, encuentra su origen a finales del siglo XII, a partir de la construcción de una ermita junto al río Santihervás por monjes templarios que repoblaron la zona. Su cercanía a la Vía de la Plata le ha mantenido permanentemente conectado con los distintos pueblos y culturas que llegaron a la península.
El pueblo perteneció a la localidad de Béjar (Salamanca), con la que estuvo en disputa durante varios años por su independencia, hasta 1816, año en el que conseguiría el título de villa, gracias a la concesión del Rey Fernando VII. No sería hasta 1833 cuando pasaría a formar parte de la provincia de Cáceres. Hoy es el centro administrativo y comercial de la mancomunidad del Valle del Ambroz y constituye el pueblo más poblado de la misma con más de 4.100 habitantes.
Este municipio está regado por el río Ambroz y sus dos afluentes, el Balozano o Santihervás y el río Gallego, algo que durante los siglos XVIII y XIX sirvió de impulso para la industria textil formada por batanes y lavaderos de lana y que hoy día se aprovecha para regar los frutales de la zona, donde predominan los cerezos, y los pastos que alimentan a su cabaña formada por vacas, ovejas y cabras.
Junto a su industria textil, donde destacaron los “paños hervasenses” que perduraron hasta finales del siglo, otra seña de identidad de este municipio fue la llegada del ferrocarril. Corría el año 1890 cuando comenzó la construcción del primer tramo de la línea Empalme-Astorga, de 55,7 kilómetros. Hervás reclamó que el tren pasase por la villa debido a su importancia industrial. A pesar de que las obras tuvieron que desviarse de su ruta natural la compañía lo aceptó y tres años más tarde se construyó este trazado y se levantó la estación de Hervás.
La bonanza económica del municipio era evidente y propició la aparición de una pequeña burguesía enfrentada a la masa proletaria industrial y los movimientos obreros, siendo éstos precursores a nivel nacional de la defensa de los derechos sociales.
Cabe destacar que durante el siglo XV se estableció una importante comunidad hebrea de unas 45 familias que dejó parte de su legado en el municipio y que puede verse en las sinuosas calles y edificios que forman parte del conocido Barrio Judío de Hervás, declarado Conjunto Histórico Artístico en 1969. Aquí las calles son angostas y con recovecos, con fondos de saco y pasos entre calles muy estrechos y cubiertos. Los hebreos eran muy prácticos a la hora de construir sus hogares por lo que no solían seguir ningún estilo arquitectónico. Eran construcciones irregulares, carentes de simetría, algo que a su vez servía como aislante térmico, proporcionando grandes sombras en verano y temperatura templada en verano. Por ello, las casas en esta zona de Hervás presentan dos y tres plantas, estando la más alta en saledizo, con aleros, entramado de madera con ladrillo, tapia o adobe, y a menudo alguna de sus paredes aparece cubierta por tejas pegadas en vertical. Otras veces estos muros, van cubiertos por planchas de madera plana, unidas escalonadamente formando una tablazón para proteger el adobe. Todas ellas bastante bien conservadas.
El visitante no debe perderse tampoco la Iglesia de San Juan Bautista, antiguo convento trinitario fundado en 1664 y que se convirtió en casa de estudios de Teología y Filosofía en 1727. Actualmente es una hospedería de la Junta de Extremadura. Otro edificio religioso de gran importancia en la localidad es la Iglesia Castillo de Santa María de Aguas Vivas, situada en el punto más elevado de la población y visible desde las afueras de la ciudad. Se cree que fue levantada sobre un castillo templario. Lugar de interés turístico es también el Hospital Franciscano, mandado construir por Juan Manuel II, duque de Béjar, en 1728 para atender a los religiosos enfermos. Actualmente es el Ayuntamiento de Hervás.
Aunque como la principal industria de Hervás hasta el siglo XX fue la textil, actualmente la actividad económica del pueblo está centrada en la producción maderera y frutícola, utilizando la excelente madera que dan los cerezos para la fabricación de muebles.
La principal festividad de este municipio es el Día de San Antón, el 17 de enero, donde tradicionalmente los vecinos se reúnen en la ermita de San Antón para comer un bollo de tortilla con chorizo. Además las fiestas populares de la villa se celebran entre el 15 y el 17 de agosto en el que se pone la verbena en la Plaza de la Corredera y se realizan pasacalles de gigantes y cabezudos y diversas actividades deportivas. Entre el 14 y el 16 de septiembre se celebran las Fiestas del Cristo de la Salud, en honor del patrón de Hervás, muy similares a las fiestas de agosto y a las que se suman actos en la ermita de San Andrés.
Los lugareños participan también en la Romería de la Bendita Cruz, el primer o segundo fin de semana de mayo, en la que los protagonistas son los niños del pueblo que se encargan de procesionar la cruz hasta la ermita de San Andrés. Mención especial merece el Festival de Títeres y Trotamundos, único en Extremadura, que también se celebra en el mes de mayo.
Por último destacar que desde 1997 en el mes de julio tiene lugar unas jornadas conocidas como “Los Conversos”. Consiste en una impactante recreación histórica de lo que era un día de mercado en el barrio judío, antes claro de que los Reyes Católicos firmaras el Edicto de Expulsión de los judíos en 1492.
El objetivo de este festival cultural es la divulgación del pueblo durante el periodo en que convivieron las comunidades cristina y judía y para ello también se realizan diversas actividades como exposiciones, degustaciones gastronómicas, conciertos y charlas que culminan con una representación teatral en el que cada año se programa una obra dramática situadas en el contexto histórico posterior al Edicto de Expulsión. Un evento muy recomendable ya que se realiza en un entorno singular, a la orilla del rio Ambroz, al pie del Barrio Judío.