Puntos de Interés
Infraestructura
Cañada Real Soriana Oriental
Se trata de una de las nueve cañadas reales que durante años vertebraron el pastoreo trashumante en nuestro país. Estas vías pecuarias tuvieron una especial trascendencia en España hasta bien entrado el siglo XX. En concreto la conocida como Cañada Real Soriana Oriental es la más amplia de las nueve que existieron por todo el país. Cuenta con una longitud de 800 km que se extienden entre la provincia de Soria hasta concluir en Sevilla. En la clasificación de las vías pecuarias, las cañadas ocupan el primer lugar en cuanto a entidad con un ancho de hasta 75 metros.
El origen de las cañadas reales se encuentra en el primer periodo de la reconquista. Durante aquella época los territorios cristianos y musulmanes se encontraban separados por amplias franjas de terreno que podían llegar a tener hasta 100 km de ancho y que se encontraban prácticamente despoblados, dado que eran zonas en las que se producían constantes incursiones bélicas. Tras la consumación de la reconquista cristiana en toda la Península estos terrenos se convirtieron en lugares seguros que permitieron a los ganaderos desplazarse entre las diferentes zonas de pastos sin necesidad de atravesar las tierras cultivadas.
Estos itinerarios fueron creados por el rey Alfonso X en el siglo XIII, en la misma época en la que se estableció el conocido como Concejo de la Mesta. Durante aquella etapa la ganadería se convirtió en una actividad económica esencial para el país y este concejo reunía a los pastores de León y Castilla, por lo que servía para organizar a los ganaderos a nivel nacional. Se considera que el Concejo de Mesta constituyó uno de los gremios más importantes de Europa en la Edad Media, prueba de ello es que durante su existencia se lograron conquistar enormes beneficios para el sector de la ganadería.
Estas cañadas reales comenzaron a caer en desuso durante la segunda mitad del siglo XX. A medida que las localidades por las que transitaban estos caminos comenzaron a crecer, se empezó a edificar por aquellas zonas por las que discurrían estas vías pecuarias, sin respetar su trazado –por ejemplo, uno de estos caminos atravesaba la calle Atocha en Madrid-. A ello se sumó un masivo éxodo rural provocado por la industrialización de las grandes urbes, que relegó a la ganadería como actividad económica en nuestro país. Asimismo, los avances en los piensos para el ganado hicieron que dejara de ser necesario desplazarse con los animales en busca de nuevos pastos. Todo estos factores fueron determinantes en el abandono de la trashumancia en nuestro país y motivaron que muchas de estas vías pecuarias, imprescindibles en el pasado, quedaran abandonadas y en desuso.