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Cultura
Iglesia de San Miguel de Foces
A 2 kilómetros al sureste de Ibieca se encuentra esta iglesia dedicada al arcángel San Miguel, considerado uno de los edificios góticos más relevantes de Aragón y declarado Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural por su transición del románico al gótico. A esto se suma que guarda en su interior con uno de los conjuntos murales pictóricos más destacados del denominado estilo gótico lineal, datado a principios del siglo XIV.
Ximeno de Foces, procurador general del Reino de Valencia en el año 1258 y 1259, mandó construir esta iglesia en 1249 como panteón familiar, aunque finalmente lo donaría junto con el castillo y la villa de Foces a la Orden de San Juan del Hospital de Jerusalén en 1259 cuando se finalizó. Él fue también el promotor de la construcción de la catedral de Valencia, realizada por los mismos constructores de este templo, cuya estrecha relación arquitectónica se observa en la Puerta del Palau de la Seo Valenciana, único resto de su primitivo templo románico.
Dentro de su señorío, creado alrededor del castillo reconquistado a los musulmanes, se creó la villa y el conjunto monástico formado por iglesia de San Miguel de Foces, un hospital de peregrinos, un hospital de leprosos, un claustro, un pequeño grupo de construcciones monásticas rodeadas por un muro defensivo de cierre y una casa de ejercicios que sería la actual ermita de Santa Mª del Monte en Liesa. De todo ello, tras el trágico abandono en el siglo XIV quedan la iglesia, la ermita y los restos arqueológicos que han salido a la luz en las excavaciones del entorno.
La Iglesia de San Miguel de Foces está construida en piedra sillar. Tiene planta de cruz latina, nave única con bóveda de cañón apuntado y un crucero muy desarrollado con bóveda de crucería en el que destacan varios rosetones y vanos en los extremos. En su cabecera se observan tres ábsides poligonales cubiertos con bóveda gallonada en las que se abren varias ventanas, en arco apuntado y abocinadas.
Su portada está cobijada por cuatro arquivoltas de medio punto decoradas con distintos motivos seriados (dientes de sierra, puntas de diamante y arquillos de herradura), que apoyan en columnas con los capiteles tallados con elementos vegetales y geométricos.
Pero sin duda, el mayor tesoro que alberga este templo se encuentra en el crucero conde se ubican cuatro arcosolios con sus cuatro tumbas, donde están enterrados el fundador y su familia. Las sepulturas presentan un importante conjunto de pintura mural. Estilísticamente, se sitúan dentro del primer gótico de inspiración francesa, o gótico lineal, con policromía brillante y gruesas líneas negras enmarcando las masas de color.
La mitad inferior de los muros, ocupada por los arcosolios, está decorada con temas funerarios; los paramentos de la mitad superior del muro, sobre los arcosolios, muestran diversos ciclos narrativos (infancia de Jesús, escenas de la vida de San Juan Bautista, Virgen de la Leche y mujer escribiendo acompañada de judíos), De todo el conjunto, las pinturas más interesantes y mejor conservadas son las del lado de la Epístola, correspondientes a las tumbas de Ximeno y Atho de Foces. Los fondos de los arcosolios quedan divididos horizontalmente en 3 registros, destacando la Crucifixión con apóstoles en la tumba de Ximeno y el alma del difunto elevada por dos ángeles en la tumba de Ato.
Estas pinturas junto con las de San Miguel de Barluenga y la pequeña ermita de Santa María del Monte en Liesa conforman un magnífico conjunto de pinturas murales de estilo gótico en la Comarca de la Hoya de Huesca.