Red de Caminos
Naturales
Etapa 40: Benifallet - Tortosa
Descripción
El antiguo trazado del ferrocarril de Val de Zafán
Volviendo pasos atrás desde el final de la etapa 39, se cruza el puente del Llaguter y se baja a la orilla del Ebro para seguir por la carretera C-12 hasta el barranco Canaletes, que se remonta para ascender a la vieja estación ferroviaria de Benifallet. Se aprovecha aquí el trazado del Camino Natural del Baix Ebre para salvar tres barrancos por sendos viaductos, acceder al azud de Xerta y luego a esta misma localidad. Se llega después a la huerta de Aldover (que posee la mayor playa fluvial del Ebro). Tras pasar Roquetes, donde se encuentra el centro de interpretación del Parc Natural dels Ports, se cruza el puente de Hierro para concluir en Tortosa.
Antes de comenzar, el senderista deberá desandar el último tramo de la etapa 39, cruzar el puente del Llaguter y bajar, por un carril situado a la derecha, para pasar bajo el estribo del mismo. Una vez llegados a la orilla del Ebro, se recorre ésta en dirección suroeste, superando el acceso al antiguo paso de barca y saliendo poco después de nuevo a la carretera C-12. Será necesario andar por ella, al igual que hace el GR 7, durante 1,5 km, hasta llegar a la embocadura del barranco Canaletes. En ese punto, se deja atrás la carretera y el GR 7 y se toma el carril a la derecha, para remontar la ribera izquierda de Canaletes. Más adelante, el vial da la oportunidad al viandante de cruzar el lecho, normalmente seco, y ascenderá por una ladera frondosa hasta alcanzar la vieja estación ferroviaria de Benifallet, que perteneció a la antigua línea férrea de Val de Zafán, hoy recuperada como Camino Natural Vía Verde de la Val de Zafán (Tramo Baix Ebre).
Varios túneles acogerán al viajero en este primer tramo de la vía, por lo que siempre es recomendable llevar algún tipo de iluminación que permita al caminante cruzarlo con comodidad. El Camino Natural pronto se encaja en la ladera entre trincheras y el paso de tres túneles antes de llegar al viaducto que salva el barranco de Els Frarers que ofrece unas espectaculares vistas.
Después de atravesar dos nuevos túneles, se alcanza el Mas de Xalamera. Tras él, la vía penetra en el túnel más largo merced a sus casi 470 m de longitud. Salir de aquí será posible solo después de superar otros tres cortos pasadizos, alcanzando la amplia llanura que el Ebro forma cerca de Xerta. De este modo, se habrá superado el último murallón que la Cordillera Costero Catalana impone al paso del Ebro y que empezó a cruzarse en Ascó, con el Pas de l’Ase. Un nuevo túnel de 202 m antecede a una zona amplia, desde donde se accede al azud de Xerta.
Esta infraestructura de 300 m de largo, aporta agua para el riego de todo el Delta del Ebro. Fue construido en el siglo XII y definitivamente trazado en el año 1411. A mediados del siglo XIX, se reforzó con una esclusa para la navegación de vapores, barcazas y almadías, además de trazarse el canal de la Derecha por la Real Compañía de Navegación. El de la Izquierda se inauguró en el 1912. Hoy en día, una atractiva esclusa renovada permite el paso a pequeños barcos de recreo.
La vía prosigue y excava un último túnel de 73 m antes de llegar a la estación y población de Xerta, tierra de naranjos, con un interesante limnógrafo sobre la fachada de su parroquia, que narra las históricas avenidas protagonizadas por el Ebro y sufridas por la población.
Salvando la circunvalación de la C-12, comienza el paso por la huerta de Aldover, localidad que posee la mayor playa fluvial del Bajo Ebro y a la que se llega de forma cómoda, bordeando el pueblo por el Oeste. La vía progresa hacia el sur y pasa junto a la gran torre medieval de Corder. Este viejo faro fluvial de origen iberorromano conectaba visualmente con las torres de la Suda de Tortosa y de la Campana de Xerta (desaparecida en la década de 1930). Frente a ella la isla de Audí, enclave protegido por su ecosistema de ribera dentro del Pla d’Espais d’Interès Natural Illes de l’Ebre.
Más adelante, tras salvar un tramo en línea recta que ofrece varios accesos laterales a los distintos barrios del Raval de Jesús (pedanía de Tortosa), se llega a Roquetes. En su casco urbano está el Centro de Interpretación del Parc Natural dels Ports y, en las afueras, el importante Observatorio del Ebro, fundado en 1904 por los jesuitas para observaciones meteorológicas, climáticas y especialmente sismológicas. Desde aquí, la curva del antiguo trazado ferroviario adentra al viajero en Tortosa para, poco después de cruzar el puente de hierro, dar por finalizada esta etapa.
Tortosa, ceñida a la loma dominada por el castillo árabe de la Suda, es capital de la comarca del Baix Ebre; tiene algo más de 50.000 habitantes. También es sede episcopal y un importante nudo de comunicaciones desde sus orígenes. En un escrito del siglo VII a. C. ya se indicaba que Tortosa (Dertosa) era una ciudad muy rica, pues controlaba todo el comercio entre el mar y el fértil valle del Ebro. Disponía de muelles y dársenas que expedían, río arriba, cargamentos en embarcaciones fluviales, de poco calado y, por el lado del mar, recibía mercancías con barcos de calado mayor.
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La vía férrea de Val de Zafán
La vía férrea de Val de Zafán, tiene sus orígenes en la pretensión decimonónica de sacar los productos agrícolas de Aragón y el carbón de la cuenca minera de Utrillas desde Zaragoza y Alcañiz hasta San Carlos de la Ràpita. Problemas económicos retrasaron su puesta en funcionamiento de manera íntegra –en realidad sólo llegó hasta Tortosa– hasta el año 1942. La competencia del transporte por carretera y la construcción de otras rutas de ferrocarril hicieron inviable económicamente este trazado, que fue cerrado definitivamente en 1973. Actualmente, se ha recuperado para su uso recreativo por medio del Camino Natural Vía Verde de la Val de Zafán, que gracias a sus tres tramos (Baix Ebre, Terra Alta y Teruel) permite recorrer este antiguo trazado ferroviario desde Tortosa (Tarragona) hasta Valdealforfa (Teruel).