Red de Caminos
Naturales
Etapa 28: Pina de Ebro - Velilla de Ebro
Descripción
Gelsa y Velilla, herederas de la Lepida Celsa romana
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¡AVISO IMPORTANTE!
Con motivo de las obras de concentración parcelaria que se están llevando a cabo en el término municipal de Gelsa ajenas al Programa de Caminos Naturales, esta etapa puede presentar cortes al paso de peatones y ciclistas. Se avisará oportunamente de los cambios que pudiera haber en esta situación.
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El sendero parte del parque fluvial de Pina de Ebro. Se acerca al soto e isla de la Mechana y, próximo al cauce del Ebro, llega hasta casa Aznárez, donde recorta el pronunciado meandro de Belloque, para conectar con el camino a Gelsa. Después de rozar la isla de Gelsa, a la que se accede por una de las pocas barcas de sirga aún en activo, se llega a la fábrica de harina, curiosa muestra de cómo ha evolucionado el aprovechamiento del río durante siglos. Desde aquí, se alcanza la población de Gelsa, por un camino huertano y, atravesando su feraz vega, se alcanza Velilla de Ebro, junto al importante yacimiento romano de Lepida Celsa.
Desde el parque fluvial del Ebro, a las afueras de Pina de Ebro, se continúa siguiendo un camino flanqueado por la ribera y las choperas municipales. Pasada una caseta, puede apreciarse, en medio del río, la isla de la Mechana. Más adelante, la pista gira a la izquierda y se adentra entre los chopos de cultivo. Aquí, una senda permite visitar, a la derecha, un soto arborescente, con buenas formaciones de carrizal y prados, que se alarga hasta la altura de la isla de la Mejana de los Nidos.
Tras un recorrido tierra adentro, se conecta con un ramal que ha de tomarse a la derecha. Se sale así de la chopera –la ruta local gira hacia el pueblo para cerrar el circuito- para acercarse a la orilla del Ebro. Siguiendo por la ribera, el camino evita un vial a la derecha y todos los que se apartan a la izquierda hasta llegar a otra chopera para, más adelante, rebasar el soto-isla de los Arenales.
Se vislumbra entonces un caserío. Junto a él, se toma un camino a la izquierda que abandona la orilla, adentrándose en dirección este y pasa por delante del acceso a casa Aznárez, recortando el larguísimo meandro de Belloque. La ruta continúa en dirección noreste y, esta vez, se debe descartar un ramal situado a la derecha para tomar el siguiente, que en un kilómetro conecta con el camino de Monegrillo a Gelsa.
Los pasos del senderista se encaminan hacia el sur, tomando a la derecha un carril asfaltado y salvando una vaguada para remontar hacia una terraza superior, donde se puede disfrutar de buenas vistas sobre el ápice final del meandro de Belloque. Se evita el acceso al caserío de Miralrío y otro más que aparece antes de vadear el barranco del Agua Salada. Pasado éste último, se deja el asfalto para tomar un desvío a la derecha que permite entrar a Gelsa por un camino cercano al Ebro. En este punto, merece la pena dejar el Camino Natural y acercarse al río, ya que aquí se encuentra el sistema de paso de barca de sirga utilizado para cruzar a la isla de Gelsa. Este paso, junto con el de Torres de Berrellén y el de Sobradiel, son las únicas barcas operativas que quedan en todo el tramo aragonés, por lo que merece la pena la visita.
La salida de Gelsa hacia Velilla se efectúa por el camino de los Chopares, por delante de los almacenes de la cooperativa y un grupo de adosados, siempre en dirección sur. Enseguida se encuentra el enlace con la etapa 28.1, proveniente de Quinto.
El itinerario continúa entonces por el camino de los Chopares, que ha de seguirse hacia el sur hasta llegar a las inmediaciones de la carretera de acceso a Velilla. Allí, se toma el camino viejo de Gelsa a Velilla, que permite entrar en su núcleo urbano junto a un parquecillo y uno de los muchos brazos que el Ebro forma en esta zona.
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Información adicional
Velilla de Ebro, Victrix Iulia Lepida
Junto a las casas de Velilla, sobre el promontorio que rodea el pueblo actual, yacen los restos de una importante colonia romana, Victrix Iulia Lepida, posteriormente Lepida Celsa. Fundada en el año 44 a.C., Celsa tuvo unos años de importante protagonismo: un puente de piedra cruzaba el Ebro a esta altura del río y por él pasaba la vía romana de Tarraco (Tarragona) a Caesaraugusta (Zaragoza). La colonia creció hasta alcanzar los 3.500 habitantes y convertirse en ciudad. Su protagonismo fue tanto que llegaron a acuñar su propia moneda, aunque con el auge de Caesaraugusta, Celsa acabó abandonándose en el año 68 d. C.
Posteriormente los árabes dejaron también una rica herencia en obras hidraúlicas: azudes, acequias y molinos que regaban (y riegan) su huerta. Con la reconquista cristiana Velilla y sus tierras fueron donadas a la orden cisterciense del monasterio de Rueda.