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Cultura
Torre de los Alarconcillos

La Torre de los Alarconcillos es un monumento defensivo ubicado en el municipio conquense de Alarcón, junto a la orilla del río Júcar.
Esta edificación se alza sobre un cerro ubicado a las afueras de la localidad, sobre una curva del curso fluvial del Júcar. Se trata de una distribución geométrica en quincunce, conformada por un cuerpo central de planta cuadrada, rodeado por cuatro torres semicirculares macizas y coronada por otro cuerpo de menor tamaño, de planta circular, que cumplía la función de torre-vigía o atalaya.
Construida en mampostería con portada de arco de medio punto con dovelas en sillería, cuyo acceso era a través de una escalera adosada al muro. Además, se mantienen parte de los muros que cercaban la torre.
En cuanto a su origen e historia, está fuertemente ligado a la conquista de Alarcón en 1184, por parte de las tropas de Martín de Ceballos (encargado del asedio de la ciudad amurallada), así como el posterior desarrollo de la ciudad y la construcción del Castillo de Alarcón.
Su edificación data de la primera parte del siglo XIV, cuando las tierras de Alarcón son cedidas al Infante Don Juan Manuel, quién se encargó de la reconstrucción del sistema defensivo de la villa. En el año 1211, el rey Alfonso VIII de Castilla establece en Alarcón su bastión defensivo frente a la batalla de las Navas de Tolosa (1212). Durante el marquesado de los Villena, fue un elemento clave en las disputas del marquesado con los Reyes Católicos. Y esta torre también tuvo un papel decisivo durante las guerras carlistas (siglo XIX).