Puntos de Interés
Cultura
Ermita de la Virgen de la Alarilla
En el pasado, en el promontorio que ahora está ocupado por la ermita, se hallaba la fortaleza musulmana de Alarilla, de carácter fronterizo. Tras la conquista cristiana Alfonso VIII le dio a la fortaleza potestad de Portazgo y la dejó en manos de la orden de Santiago, convirtiéndose en una importante plaza de comercio por su situación vigilando uno de los pasos del Tajo. La fortaleza y la población que creció a su alrededor se abandonó en favor de la que se desarrolló bajo el castillo de Fuentidueña, al otro lado del río.
La construcción de la ermita se debió a que, según la leyenda, un pastor encontró en este lugar una talla de la Virgen (probablemente escondida hace tiempo antes del abandono de la fortaleza).
Cada segundo fin de semana de septiembre los vecinos de Fuentidueña recuerdan este evento mediante una particular romería. La Virgen es trasladada hasta la ermita y durante todo el día los fuentidueñeros celebran la romería con una clásica merienda. Al anochecer se produce “La Embarcación” (declarada Bien de Interés Cultural en 2001). La virgen se coloca en una barcaza compuesta por una plataforma en la que se levanta una especie de torreón compuesto de arcos sobre el que se coloca la imagen. Esta barcaza se decora con cientos de bombillas de colores y es traslada por unos remeros, muchos de los vecinos acompañan a nado a su patrona portando antorchas. La procesión concluye cuando la barcaza pasa bajo el puente viejo, dando comienzo los fuegos artificiales y, a media noche, trasladando de nuevo la imagen hasta la iglesia.
Con su situación privilegiada en alto, desde la ermita se tienen unas vistas espectaculares del valle de la orilla derecha del río Tajo.