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Cultura
Castellet de Faió
Enclavada en un cerro a escasos siete kilómetros del municipio de Nonaspe, esta construcción es uno de los ejemplos de las torres de vigilancia que se construyeron durante la tercera guerra carlista en el siglo XIX para dominar el valle del Matarraña. La torre recibe su nombre de la localidad vecina de Fayón a la que se encuentra orientada.
Gracias a este tipo de infraestructuras se puso en marcha un moderno sistema de señalización que permitía establecer una comunicación inmediata en toda la zona del Bajo Aragón mediante señales ópticas. Esta torre en concreto se ubica en una zona de complicado acceso, enfrente de la ermita de Nuestra Señora de Dos Aguas, junto a la unión del río Algars con el cauce del Matarraña. La ubicación estratégica de esta zona ha hecho que no solo fuera utilizada durante las guerras carlistas, sino que el edificio volvió a recuperar su utilidad bélica durante la guerra civil española, cuando se convirtió en un enclave por el que pasaron las tropas de ambos bandos. En este contexto, en las inmediaciones de Nonaspe tendría lugar la decisiva batalla del Ebro en la que esta torre defensiva también resultó un lugar clave.
Se trata de una construcción de pequeñas dimensiones cuyos muros están provistos de numerosas aspilleras para fusiles, aunque a día de hoy ha perdido gran parte de su estructura y únicamente se conservan dos paredes debido al abandono del edificio. No obstante, en la actualidad es posible acercarse a conocer el enclave de la torre de Castellet de Faió gracias a las numerosas rutas senderistas que discurren por este entorno y que durante su recorrido transitan junto a esta infraestructura.