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Cultura
Ruinas Viejo Fayón
La actual localidad zaragozana de Fayón es heredera de otra población homónima que quedó sumergida bajo las aguas del embalse de Ribarroja a mediados de los años 60. Se trata de un enclave que estuvo habitado desde la época musulmana.
El pueblo viejo de Fayón se localizaba a orillas del Ebro y constituía una próspera localidad con abundante actividad minera ligada al lignito. Por sus inmediaciones cruzaban los productos comerciales de camino al Mediterráneo y la línea de ferrocarril que unía Madrid y Barcelona que en este punto atravesaba un viaducto que aún hoy es visible ver sobre las aguas del embalse.
Tras la construcción del embalse, entre 1958 y 1967, los vecinos tuvieron que abandonar el pueblo y dejaron tras de sí las callejuelas, monumentos y otras piezas claves en la historia de este municipio como, por ejemplo, las tallas de los santos que quedaron en la iglesia de la localidad que hoy se encuentra sumergida casi por completo bajo las aguas del embalse. Aunque se llegó a un acuerdo tras negociaciones con la empresa hidroeléctrica para la recolocación de los vecinos, no todos los vecinos del viejo Fayón permanecieron en el pueblo de nueva construcción.
La mejor manera de observar los restos que hoy quedan del pueblo viejo de Fayón es desde el mirador del Ebro que se encuentra junto a la ermita del Pilar. Hacia el sureste aún quedan en pie las casas de los ferroviarios y los restos del cementerio del municipio. En dirección norte, sobre un roquedo, es posible observar los vestigios del castillo de Badón, una fortaleza construida en el siglo XIV sobre otra fortificación de origen musulmán de la que apenas se conservan algunas de sus murallas murallas y los restos de la torre. Justo a los pies del castillo se dibuja una de las imágenes más icónicas de esta zona, la de la torre de la iglesia renacentista de San Juan Evangelista. Este elemento arquitectónico emerge de las aguas del embalse como símbolo de este antiguo municipio inundado.