Red de Caminos
Naturales
Etapa 19: Punta Prima - Cala Sant Esteve
Descripción
Defendida de los ataques piratas con fuertes y torres
Penúltima aventura de este gran camino que da comienzo en Punta Prima y tras recorrer poco más de 7 kilómetros finaliza en la Cala de Sant Esteve. Destacar de este entorno la Cala de Alcaufar y la belleza de su localidad. Sobresalen también las antiguas construcciones militares con carácter defensivo que se ubican en esta zona, como pueden ser la Torre de Alcaufar y el Fort Marlborough. Sin olvidar el principio y final de etapa, Punta Prima y Sant Esteve, con sendas playas y calas de espectacular factura.
La penúltima etapa del Camino Natural Camí de Cavalls comienza en el extremo oriental de Punta Prima, junto a lo que, sin duda, es uno de los elementos más característicos de este itinerario: una típica barrera menorquina, situada, eso sí, junto a un panel interpretativo de Caminos Naturales.
El Far de L’Illa de l’Aire es una referencia continua para el viajero que puede contemplar las cristalinas aguas que separan el faro de la isla de Menorca y, al mismo tiempo observar las tranquilas y numerosas aves que tienen como lugar de residencia la L’Illa de l’Aire.
Se avanza con la costa a la derecha y un amplio cortejo de vegetación, principalmente arbustiva, a la izquierda. Al llegar al extremo suroriental de la isla, se transita junto a la Torre de Alcaufar, una torre defensiva construida en 1787 y restaurada en 1994. Esta infraestructura consta de tres plantas al igual que la cercana Torre de So Ganxo, también de estilo Martello. Originalmente se accedía a la torre por la planta central mediante una escalera retráctil pero en la actualidad, se accede por la planta baja para facilitar el acceso.
El itinerario continúa en dirección norte con la clara intención de visitar la localidad de Alcaufar, no sin antes disfrutar de su espectacular cala a la que se accede tras dejar correctamente cerrada una típica barrera menorquina. Las palabras se quedan cortas para describir este lugar, con las viviendas y un pequeño embarcadero a un lado y el monte mediterráneo al otro, culminando con una lengua central de fina arena que hace las delicias de los bañistas.
Toca alejarse de la costa, callejeando en sentido ascendente, se accede a un tramo compartido de algo menos de 500 metros, que continúa ganando altura. Poco después, se cruza la carretera Me-8 y unos metros por delante también la carretera que da acceso a s’Algar, extremando las precauciones en ambos casos. Se continua por el conocido como Camí de Rafalet por una zona urbanizada que poco a poco va perdiendo protagonismo en favor de las formaciones vegetales naturales que tan bien representan el monte mediterráneo.
Tras superar varias barreras menorquinas el itinerario avanza custodiado por sendos muros de mampostería seca utilizados por toda la isla para separar las fincas agropecuarias, conocidas como tanques. Debido a esto, la panorámica del viajero se ve reducida pero, a cambio, puede disfrutar del detalle de las diferentes especies de monte mediterráneo que se dan cita a lo largo de este tramo de la etapa.
Por último, toca afrontar un corto descenso con los ojos vendados por la tupida vegetación que impide ver el panel interpretativo que pone punto final a la decimonovena etapa, hasta casi estar encima de él. Después, solo queda despojarse de la ficticia venda para dejarse sorprender por la espectacular Cala de Sant Esteve con el Fort Marlborough como custodio.
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Perfil
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Fort Marlborough
Fuerte construido en la primera época en que Menorca fue de dominio inglés (1710-1726) y cuyo nombre se debe al general británico más destacado de la época que era también duque de Marlborough (John Churchill).
La construcción tenía como único fin defender el codiciado puerto de Maó, que fue arrebatado por tropas francesas en 1756 y por tropas españolas en 1781. La paz no llegaría hasta 1802, cuando Gran Bretaña devuelve definitivamente Menorca a España mediante el tratado de Amiens. El fuerte posee una serie de galerías subterráneas dotadas de diferentes salas, contraminas y un foso para proteger el recinto heptagonal central provisto de diversos cañones con el que proteger el puerto de Maó del avance enemigo.
Actualmente el fuerte es un espacio museístico visitable dotado de las últimas tecnologías que trasladan al viajero, con total realismo, a una época verdaderamente convulsa en la que la isla fue objeto de numerosos conflictos y que ayuda a entender el pasado y el presente de Menorca.