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Vegetation
Ejemplar de "follao" (Viburnum rigidum)

El follao (Viburnum rigidum) es un árbol endémico canario que se encuentra cercano a los bosques de laurisilva y de fayal-brezal y que puede llegar a alcanzar los 7 metros de altura. Es fácilmente reconocible por sus curiosas hojas ásperas de forma ovalada, algo vellosas y en disposición opuesta. Su color varía entre distintos tonos de verde, pasando por amarillo cuando el espécimen es adulto y llegando incluso a alcanzar cierto matiz rojizo o marrón en los brotes más jóvenes.
Vistosas son también sus minúsculas flores que se unen formando ramilletes de color blanco y sus frutos, muy carnosos y que varían entre el color rojizo y un llamativo azul purpúreo con matices metálicos. Estos llamativos colores hacen fácilmente reconocible esta especie vegetal que, además, es alimento principal de aves como el mirlo.
El follao tiende a vivir en lugares resguardados, con sombra y en climas húmedos, lo que hace que sea frecuente encontrarlo en los cauces de barranco y en las cercanías de fuentes u otros lugares donde haya agua, preferiblemente entre los 600 y 1500 metros de altitud.
Estamos ante un árbol muy usado por los campesinos canarios desde la antigüedad, siendo los artesanos el gremio que mejor ha sabido aprovechar sus ramas y madera para la elaboración de cestos, espuertas, rastrillos, palas y otros aperos y enseres. Además, con las ramas largas se confeccionaban unas varas y cayados muy resistentes y, si estaban bifurcadas, se solían destinar para hacer horquillas u horquetas con las que remover la paja.
Las ramas de este árbol están también relacionadas con el popular ‛juego del palo’ o ‛banot’, vestigio de las tradiciones ancestrales de los aborígenes canarios. En este peculiar entretenimiento es necesario utilizar varas de madera largas, flexibles y livianas, pero al mismo tiempo suficientemente duras, condiciones que reúne el follao.
Los que lo conocen también lo usan como remedio contra la fiebre y el reuma, incluso se dice que tiene propiedades purgantes.