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Vegetation
Corredor de brezos (Erica arborea)
El brezo (Erica arborea) es una especie vegetal que suele habitar en la región mediterránea, Canarias, Madeira, norte y este de África, Asia Menor y el Cáucaso. Se trata de uno de los árboles más comunes de Canarias y crece en todas las islas del archipiélago, aunque hasta hace poco se daba por desaparecida en Fuerteventura y Lanzarote.
Aunque esta especie de arbusto o árbol de pequeñas dimensiones suele tener unas medidas de entre el medio metro y los dos metros de altura, en las Islas Canarias se han llegado a encontrar ejemplares de hasta unos 15 metros. Prefiere los sustratos ácidos y los terrenos más o menos profundos, frescos y moderadamente húmedos. Además, es un gran colonizador de terrenos degradados de la laurisilva y puede crecer en el sotobosque de pinares mixtos. Se distribuye principalmente entre los 500 y 1200 metros de altitud, aunque a veces pueden encontrarse ejemplares aislados o formando pequeños grupos en cotas muy bajas (300-400 metros).
De hoja perenne y de color verdoso, este árbol tiene una característica corteza de color pardo, aunque, sin duda, lo que más destaca de él, son sus flores de color blanco o rosado, que crecen en pequeños racimos y tienen una curiosa forma acampanada.
El brezo se considera una de las especies vegetales más multifuncionales dentro de la vida rural del archipiélago, utilizándose en la fabricación de diversos utensilios, tanto agrícolas como domésticos, como escobas, horquetas, rastrillos o cayados. Su madera es apreciada por su color y ha sido comúnmente empleada por ebanistas y torneros para la elaboración de pequeñas tallas o incluso pipas de fumar.
Aunque muchos la utilizan como planta ornamental, su leña es también un excelente combustible y una de las mejores para fabricar carbón vegetal. Incluso cuando las ramas están aún frescas puede alimentar al ganado o servir como cama para los animales. Por último, señalar su uso medicinal como antiinflamatorio muy eficaz contra las picaduras de insectos.
Otros productos derivados del brezo son: la miel de brezo, muy apreciada por su gusto ácido y aromático, y un sustrato muy nutritivo para el cultivo de plantas de jardinería denominada ‘tierra de brezo’ que se va formando durante años bajo el suelo de los brezales umbrosos.