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Municipality
Carcaixent
En un entorno único, entre la margen derecha del Júcar, el Valle de Aguas Vivas y las Montañas del Convento encontramos Carcaixent (nombre oficial en valenciano, Carcagente en castellano). A pesar de que se han encontrado vestigios ibéricos y romanos en la zona, este municipio, perteneciente a la Ribera Alta, tiene su origen en una alquería musulmana.
Tras la conquista cristiana, la población de esta localidad fue aumentando rápidamente, aunque seguiría muchos años dependiendo de la villa de Alcira, situación que se extendería a lo largo de toda la Edad Media hasta el siglo XVI. Finalmente Carcaixent lograría su independencia gracias a Felipe II, convirtiéndose en Villa Real, y posteriormente su gran auge económico, centrado en el cultivo de morera y el comercio de la seda.
A finales del XVIII se empezó a introducir el cultivo de la naranja en esta zona, algo que revolucionaría la agricultura y marcaría su evolución ya que se fueron eliminando otros cultivos hasta que se convirtió en el cultivo principal cuya exportación a gran escala comenzaría a principios del XIX. A finales de dicho siglo se plantaría el primer naranjo para su comercialización, gracias al párroco de la localidad, Don Monzó, cuya visión de futuro haría que la Comunidad Valenciana desarrollase esta actividad económica, tan fundamental para su riqueza posterior. Por este motivo se considera Carcaixent la “cuna de la naranja”. Aunque durante muchos años la economía del municipio se asentó en la actividad agrícola hoy día la mayor parte de los carcaixentíes se dedica al sector servicios.
Carcaixent cuenta con un patrimonio vasto y rico en el que destacan las construcciones religiosas, siendo el edificio más antiguo conservado en el municipio la Ermita de San Roque de Ternils. Esta construcción emblemática está datada en el siglo XIII y tiene la declaración de Monumento Artístico Nacional. Se trata de la primera parroquia cristiana de la Huerta de Carcaixent, una de las llamadas “iglesias de la reconquista”, y se corresponde con el estilo gótico inicial. Fue un núcleo sedero de reconocido prestigio del s. XVI al XIX.
Dentro del patrimonio religioso de la localidad también cabe destacar el Convento agustino de Aguas Vivas, en el valle que le da su nombre. Aunque el edificio actual comenzó a levantarse en el siglo XVI, las primeras obras se realizaron en el siglo XIII. Este singular enclave fue el lugar en el que se custodió la imagen de Nuestra Señora de Aguas Vivas hasta la desamortización de 1835 y consta de un bello claustro cubierto de bóvedas de arista y decoración barroca.
En cuanto a la obra civil merece mención el Palacio del Marqués de Motortal, también conocido como el Palacio de la Marqueseta por Maria Antonia Talens y Mezquita –hija del primer marqués de la Calzada- que cuentan que durante la Guerra de la Independencia medió ante el general Harispe para que no pasase a cuchillo a toda la población de Carcaixent. Este bello edificio se construyó en 1780 y aunque toda su composición arquitectónica es muy llamativa, destaca sobre todo la decoración interior a base de azulejos cerámicos del siglo XVIII, así como los frescos decorativos de paredes y techos en la planta noble.
El actual Ayuntamiento, inaugurado en 1847, presume de su armoniosa fachada de estilo neoclásico y en su construcción llama mucho la atención su planta de forma trapezoidal que envuelve el patio central.
Las principales festividades del municipio tienen lugar el 16 de octubre, con la Fiesta de la Virgen de Aguas Vivas, patrona de Carcaixent, y el 14 de octubre, fecha en la que se celebra San Bonifacio Mártir.