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Cultura
Alcázar
Situado sobre un afloramiento rocoso entre los ríos Eresma y Clamores la estratégica situación de este conjunto arquitectónico es otra de las construcciones que caracteriza a la ciudad de Segovia.
Su origen es incierto aunque en recientes excavaciones se ha encontrado sillares de granito análogos a los del Acueducto indicando la posible existencia de una fortificación romana. En la Edad Media, el Alcázar por la belleza del paraje, su inmejorable ubicación para la función militar y la proximidad a los cazaderos en los bosques serranos se convirtió en una de las residencias favoritas de los Reyes de Castilla. El Alcázar siguió utilizándose por los Reyes Católicos y sus sucesores, así como La Casa de los Austrias. Felipe II realizó importantes obras en el Alcázar, como el patio herreriano o cubrir las techumbres con agudos chapiteles de pizarra al estilo de los castillos centroeuropeos.
Más tarde comienza a utilizarse la fortaleza como prisión de Estado hasta que en 1762 Carlos III fundó en Segovia el Real Colegio de Artillería quedando instalado en el Alcázar entre los años 1764 hasta 1862, año en que un incendio destruyó el edificio.
En 1898 el Alcázar fue restaurado, instalándose en la primera planta del edificio el Archivo General Militar. Fue en 1953 cuando se creó el Patronato del Alcázar de Segovia, responsable del actual Museo ubicado entre sus muros.