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Cultura
Labor de Albaidel
La ciudad de Albacete ha basado su economía históricamente en la actividad agro-ganadera, tal y como muestra la creación de su importante feria, otorgada por Felipe V que posteriormente derivó en la actual Feria de Albacete.
Motivo de ello era la proliferación de distintas fincas de labores agrícolas y ganaderas, diseminadas por toda la provincia.
Teniendo en cuenta su estructura y distribución, la Labor de Albaidel era una finca capaz de autoabastecerse, gracias a los animales y cultivos que poseía.
Consultando el fondo documental del Archivo Provincial de Albacete se puede averiguar que, a mediados del siglo XIX habitaban en la casa de Albaidel hasta 11 personas. En el padrón de 1890 eran 8 habitantes y según el padrón fiscal de 1893 se disponía de 3 pares de mulas para realizar los trabajos agrícolas. Pascual Madoz también recoge esta casa de labor en su Diccionario Geográfico – Estadístico – Histórico de 1850 como una granja en la provincia, partido judicial y termino jurisdiccional de Albacete con un labrador de un par de mulas. Todos estos datos son un fiel reflejo de la envergadura e importancia que esta casa de labor tenía en el pasado y que en la actualidad cuenta con más de 38 ha de superficie de cultivo de secano y una construcción compuesta por varias dependencias de uso agrícola, ganadero y residencial que forman un complejo rectangular cerrado con corrales en su interior, guardando una estética uniforme con paredes blancas, puertas verdes y tejados a dos aguas en teja árabe. Todo ello hace de la Casa de Albaidel uno de los mejores ejemplos de arquitectura tradicional de gran valor cultural y etnográfico que transporta al viajero a tiempos pasados.