Puntos de Interés
Infraestructura
Puente del Molinillo
El siglo XIX trajo la explosión minera y con ella el auge del varios ferrocarriles. En Almería, y a pesar de la relativamente gran distancia entre las explotaciones mineras y el punto de embarque, además de por su complicada orografía, el tren minero de Lucainena-Agua Amarga fue posiblemente el que mejor cumplió su función y por un período de tiempo más largo.
Durante su recorrido, los vagones cargados de mineral debían atravesar varios puentes metálicos de considerable envergadura como el del Molinillo. Esta infraestructura ya desmantelada y de la que se conservan sus enormes estribos se encuentra en el kilómetro 10,3 del recorrido.
Esta infraestructura debe su nombre a un molino harinero, que hoy día se conserva casi completo situado unos 300 metros más arriba del puente, en una zona en forma de garganta que es una estribación de sierra Cabrera, donde pueden contemplarse arrecifes fósiles de hace millones de años. El molino presenta una grúa donde se distinguen las dos piedras, tanto la volandera como la solera. Además mantiene prácticamente intacto el cubo, una construcción de piedra que se llenaba de agua para darle fuerza al molino.
El puente ha sido acondicionado, colocándose una estructura metálica rígida de unos 26 metros de longitud, y ahora es usado por senderistas y cicloturistas que, tras cruzarlo, pueden disfrutar de impresionantes vistas de la Rambla de Lucainena, que les acompañará durante gran parte del camino.