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Cultura
Cordel de Castilla
Las vías pecuarias son caminos de trashumancia que unen diferentes lugares de pastoreo en España para que los ganaderos puedan desplazarse a lo largo de nuestro país en busca de mejores pastos en función del clima de cada estación. La denominación de las vías pecuarias se basa fundamentalmente en la anchura del sendero. Así, por ejemplo, las vías pecuarias como esta, denominadas cordeles, cuentan con una anchura que ronda los 37,5 m como máximo. En el caso concreto del cordel de Castilla, la vía pecuaria posee una longitud de cerca de seis kilómetros durante los que atraviesa diferentes núcleos urbanos como, por ejemplo, Pedralba, Bugarra, Chulilla o Cheste, convirtiéndose así en una de las vías que durante años resultó clave para el sector ganadero en esta zona. Aunque en la actualidad muchas de las vías pecuarias de la Comunidad Valenciana no están conectadas entre sí, en el pasado fueron esenciales para comunicar los caminos trashumantes que procedían desde Castilla y Aragón.
El complejo entramado de vías pecuarias que durante años atravesó la península Ibérica en todas direcciones, y del que forma parte este cordel, fue estructurado gracias a los esfuerzos de La Mesta. Esta organización de ganaderos, que nació en el siglo XIII, constituye uno de los primeros gremios nacidos en la Europa medieval. Tiene su origen en las organizaciones y asambleas locales de pastores, que comenzaron ya entonces a unirse para devolver el ganado descarriado, distribuir los caminos y ordenar salidas y tránsitos por las vías pecuarias. En definitiva, los intereses comunes de los ganaderos les llevaron a poner en marcha una potente organización que se agrupaba por zonas geográficas y que, gracias a sus exigencias, logró importantes beneficios y privilegios por parte de la Corona española durante los años en los que la ganadería en la península Ibérica supuso una actividad esencial para la economía.
En la actualidad este tipo de itinerarios son terrenos, en muchos casos caídos en desuso como resultado del declive de la ganadería trashumante, que han pasado a ser de dominio público y cuya titularidad recae sobre las comunidades autónomas en las que se encuentran, por lo que en el caso del cordel de Castilla, el titular es la Generalitat Valenciana.