Puntos de Interés
Municipio
Nonaspe
El municipio de Nonaspe, en la comarca zaragozana de Bajo Aragón-Caspe, se ubica en un paraje privilegiado en el que unen sus aguas los ríos Algars y Matarraña. Su condición fronteriza entre la Comunidad Valenciana, Cataluña y la provincia de Teruel, hace que esta población, al igual que buena parte de los municipios aragoneses de la conocida como Franja oriental, hable tanto el castellano como un dialecto local del catalán.
Se trata de una localidad cargada de historia. De hecho, los asentamientos neolíticos hallados en la zona han probado que este lugar ha estado habitado desde tiempo inmemorial. Asimismo, en las inmediaciones del municipio es posible encontrar otros vestigios de los primeros pobladores de la localidad como las pinturas rupestres de Les Tres Roquetes, que se estima que pueden pertenecer a la Edad de Bronce.
El actual emplazamiento del núcleo urbano de Nonaspe surgió durante el periodo de dominación musulmana en la Península. No obstante, no sería hasta después de la reconquista cristiana en el siglo XII cuando el municipio apareciese documentado por primera vez. Su ubicación estratégica a medio camino entre tres regiones ha convertido esta localidad en un punto clave durante los conflictos bélicos que lo largo de la historia han asolado la península Ibérica. Entre los más recientes Nonaspe padecería especialmente las consecuencias de la guerra de la Independencia, las sucesivas guerras carlistas y, ya en el siglo XX, los desastres derivados de la guerra civil española.
Entre el patrimonio de la localidad sobresale la iglesia de San Bartolomé, erigida en el siglo XIII sobre un templo románico anterior; así como la ermita de Nuestra Señora de las Dos Aguas, edificada en el siglo XVIII en las proximidades del punto en el que confluyen las aguas de los ríos Matarraña y Algars, a los que debe su nombre este templo. En cuanto a la arquitectura civil de Nonaspe, llama la atención la casa consistorial, localizada en una construcción levantada en el siglo XV sobre un torreón defensivo de origen árabe. Asimismo, merece la pena conocer el conocido como Castellet de Faió, una torre óptica construida en el contexto de la tercera guerra carlista.
Con respecto al entorno natural del municipio, la localización de Nonaspe, a orillas de los ríos Matarraña y Algars, lo dota de un paisaje único. En las proximidades de su núcleo urbano se encuentra la conocida como roca del Saladá, una enorme roca ubicada a orillas del Algars y cuyas dimensiones se asemejan a las de un campo de fútbol. Este enclave conforma varias pozas con diferentes profundidades y que se han convertido en uno de los principales lugares de interés de este municipio zaragozano, especialmente durante los meses de verano, ya que hacen posible disfrutar de un agradable baño en el río.
En cuanto a las festividades de Nonaspe, sus vecinos celebran sus fiestas patronales en honor a San Bartolomé ya Nuestra Señora de las Dos Aguas durante la última semana de agosto. Asimismo a lo largo del año se desarrollan otras festividades como la romería de San Antón, que tiene lugar el 17 de enero; y la romería dedicada a San Miguel, celebrada el 24 de septiembre.