Puntos de Interés
Vegetación
Encinar
El bosque formado por la carrasca o encina (Quercus ilex subsp. ballota) supone uno de los más amplios representantes del bosque mediterráneo típico, si bien es frecuente que se entremezcle con otras formaciones, como pinares y robledales, como sucede en esta zona.
La encina es un árbol de talla mediana, de hoja perenne que proporciona una densa sombra y favorece la formación de suelos bajo condiciones extremas (alta insolación y baja disponibilidad hídrica). Es capaz de desarrollarse en un amplio espectro altitudinal, ya que se puede encontrar desde el nivel del mar hasta los 2000 m de altura.
En el sotobosque del encinar de estas laderas se pueden encontrar las siguientes especies como acompañantes: el boj (Buxus sempervirens), el enebro (Juniperus communis), el durillo (Viburnum tinus), el aligustre (Ligustrum vulgare) o el lentisco (Pistacia lentiscus).
La fauna característica del encinar es abundante en pequeñas aves, como la curruca carrasqueña (Sylvia cantillans), el pinzón vulgar (Fringilla coelebs) o el petirrojo (Erithacus rubecula); otras de mayor tamaño como el arrendajo (Garrulus glandarius), que se alimenta de bellotas; la paloma torcaz (Columba palumbus), el busardo ratonero (Buteo buteo), de carácter diurno; o el búho chico (Asio otus), rapaz nocturna.
También estos bosques son un magnífico refugio de mamíferos carnívoros como el gato montés (Felis sylvestris) o la gineta (Genetta genetta), que entre otros depredan sobre las ardillas (Sciurus vulgaris) o el conejo (Oryctolagus cuniculus), este último, base fundamental de la cadena trófica del bosque mediterráneo.