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Cultura
Norial de Tomargo
Poco después de que el Ebro se interne en el municipio de Escatrón, a tan solo 5 metros de la orilla derecha del río se encuentra el norial de Tomargo o, mejor dicho, lo que queda de él. Y es que de este complejo hidráulico apenas se conserva la caja de la noria y el comienzo del acueducto, los cuales se estima que fueron construidos entre finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX.
Se cree que el norial tenía como finalidad regar el paraje aledaño de Novallas, así como de suministrar un flujo de agua inniterrumpido a las tierras aledañas al río Marrín cuando éste bajase seco. Sin embargo, el que no exista azud ni acequias en las proximidades del conjunto hace suponer que el proyecto nunca llegó a finalizarse. Existen dos teorías que pueden explicar este abandono. Por una parte, la oposición directa del monasterio de Rueda, que ya había impedido en otra ocasión la apertura de una acequia que cruzase sus tierras, por otra, es posible que la utilización de norias como mecanismos de elevación de agua tuviese los días contados, y se dejase a medio terminar ante la aparición de nuevos avances tecnológicos.
De la tosca estructura del norial se conservan las cuatro pilas de 8 metros, un tramo de 10 m del acueducto con piezas de manpostería de gran tamaño, y la bancada y el canalizo que se encuentran enterrados. Pese a que el inicio de la obra es posterior al de otros noriales similares en la zona, como los de Rueda y Gertusa, quien estuviera al cargo del proyecto quiso que el norial de Tomargo se pareciese a las mencionadas estructuras en diseño y aspecto.