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Cultura
Ermita de Menuza
En lo alto de la ladera izquierda que el río Ebro sortea tras su salto por el azud de Menuza, se encuentra rodeada de olivos y otros árboles frutales la ermita de Menuza. Este santuario recibe su sobrenombre del paraje o partida sobre la que se asienta, compartiendo título con otras infraestructuras aledañas como la finca, la acequia, el azud anteriormente mencionado o el poblado que fugazmente se estableció muy cerca.
Con capacidad para medio centenar de personas, esta ermita es un vestigio de la amplia zona de influencia que el Monasterio de Nuestra Señora de Rueda abarcaba en el pasado. Los monjes cisternienses que trabajaban las tierras de antaño, aisladas por este meandro del Ebro, disponían de construcciones y materiales repartidos a lo largo de todos sus dominios. El rezo y la meditación era para los monjes un momento ineludible durante su rutina y, como algunos lugares de trabajo distaban mucho del monasterio principal, edificaron un oratorio tan aislado del resto de la congregación.
Hoy por hoy la ermita no puede visitarse, pues se halla en el corazón de una propiedad privada dedicada a la plantación frutícola de albaricoques, cerezas, nectarinas y uvas principalmente. No obstante, desde la distancia pueden distinguirse las paredes encaladas y la fachada de ladrillo de la ermita de Menuza.