
Puntos de Interés
Infraestructura
Azud de la Zaida
En el tramo medio del río Ebro, en el transcurso entre los municipios de Velilla de Ebro y La Zaida, se encuentra el azud de La Zaida. Una infraestructura de origen árabe que formaba parte del conjunto hidráulico que caracteriza la Ribera Baja del Ebro y que tenía por objetivo desviar agua hacia una caja de noria y mantener la actividad de un molino harinero que poseía la familia Ximénez-Cerdán, los señores del lugar.
La construcción del azud de la Zaida, junto su norial y molino, data de época medieval, aunque han sufrido varias modificaciones a lo largo del tiempo. Inicialmente, el azud consistía en un muro escalonado que se levantaba con grandes bloques planos de piedra caliza sin ninguna sujeción. Sin embargo, con las últimas reparaciones, no solo se ha empleado piedra de Velilla, sino también materiales modernos de construcción como bloques de hormigón o los gaviones de piedra.
La estructura de esta construcción es similar a otras de la zona. Se compone de una formación en diagonal con respecto al cauce del río con una proyección sutilmente ondulada. Esta disposición favorece la acumulación de sedimentos en su parte inmediata del río formando así la isla fluvial o mejana que se ve a continuación.
Por otra parte, del norial solo se mantiene una de las bancadas a causa de las construcciones modernas y del molino original solo se conserva la boca en arco de medio punto.
Históricamente se ha empleado el azud también como una herramienta para la pesca de anguilas. Se tiene constancia de que el azud de la Zaida servía como embudo, lo que permitía a los lugareños pescar anguilas mediante mangas. Las mangas se colocaban estratégicamente distribuidas en un puente o pasillo construido con tablones. En la parte superior se colocaba el pescador para manejar la manga, colocarla o retirarla una vez llena.
Antiguamente, junto al norial existía un zafarache. Se trata de una construcción en forma de habitáculo que se utilizaba para almacenar vivas las anguilas que se pescaban hasta que eran vendidas. Esta estructura permitía el paso de agua corriente para que las anguilas tuvieran alimento y pudieran subsistir. Al encontrarse el zafarache cerca del lugar de pesca facilitaba almacenar las anguilas rápidamente para seguir pescando.