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Cultura
Torre de Nuestra Señora del Pilar
Estamos ante una casa de campo que ya aparecía citada en el nomenclátor de 1887 y en el censo de 1940. Aunque en el mapa topográfico de 1939 aparece bajo la denominación de Torre de Sampillo, posteriormente este complejo aparece citado como Torre de Nuestra Señora del Pilar, tal y como hoy se le conoce.
Tradicionalmente, la denominación torre para algunas de las edificaciones en el área del Jiloca tiene su origen en el término latino turris, cuyo significado es torre, casa elevada, y cuyo concepto cuadra muy bien con las características de este tipo de construcciones.
El conjunto presenta una planta rectangular alargada, formada por una vivienda, cuadras, parideras, cochera y diversos anexos. En su construcción se emplearon materiales como el ladrillo macizo y el tapial revocado en este caso con argamasa y pintado de color blanco. La cubierta de la vivienda es a cuatro aguas, de teja árabe y en ella aparecen aleros de madera decorados con estrellas mudéjares y forjados de madera. Los dos edificios anexos constan de cubierta a dos aguas y en ellos encontramos decoración de teja y ladrillo.
La fachada del edificio ha sido decorada con ventanas en forma de herradura, tanto en la segunda como en la tercera planta. Estas ventanas además están enmarcadas por un friso realizado en cerámica. También se distinguen balcones realizados en hierro en los que a modo de decoración se han colocado estrellas mudéjares. Otro elemento a destacar es la placa de cerámica que encontramos en esta fachada y en la que puede leerse “Nuestra Señora del Pilar”, con un tejadillo superior que la protege de las inclemencias del tiempo.
El espacio dedicado a la vivienda, se encuentra en una posición centrada y puede accederse a ella desde el gran patio central. Tiene una altura de cuatro pisos, y en el último de ellos se ha colocado una galería de arquillos. Al poseer poca anchura y una altura considerable, este edificio da sensación de monumentalidad, destacando sobre el resto. En cuanto a los otros dos edificios, posiblemente fueran empleados como cuadras y entre ellos se ubica una puerta, de gran tamaño, que sin duda era utilizada para la entrada de carruajes y en la que puede verse un escudo de armas realizado en alabastro.
Cabe destacar la presencia de gran cantidad de árboles monumentales y de vegetación alóctona cultivada dentro de la propiedad. En concreto desde el exterior pueden distinguirse una secuoya, un pinsapo, un abeto y un cedro que, según cuentan, fueron plantados por un indiano que hizo fortuna en América y que se construyó esta finca.