Puntos de Interés
Hidrografía
Río Jiloca
El río Jiloca es uno de los ríos más singulares de Aragón debido a que gran parte de su caudal tiene un origen subterráneo. Ejemplos de esta singularidad, son los llamados “Ojos del Jiloca”, que encontramos en los llanos de Monreal del Campo, Caminreal y Fuentes Claras.
Aunque su nacimiento se ha situado durante mucho tiempo en la Fuente de Cella (Teruel), considerado el mayor pozo artesiano de Europa, se ha demostrado que este tramo hasta Monreal es realmente un canal construido en el siglo XVIII, cuando se desecaron las lagunas del Cañizar de Villarquemado y del Cañizar de Alba. Según un estudio realizado en 2003, el verdadero nacimiento del Jiloca se fija en un paraje conocido como los “Ojos de Monreal del Campo”.
El curso de este río de 126 kilómetros de longitud atraviesa las provincias de Teruel y Zaragoza y discurre por las comarcas de Comunidad de Teruel, Jiloca, Campo de Daroca y Comunidad de Calatayud. Su caudal en Calatayud es de 293 hm3/año, pero, dada su ubicación, es muy irregular con un estiaje muy marcado y máximos en otoño y primavera.
Tras dejar Monreal, su curso continúa hacia Caminreal y Fuentes Claras, donde va acumulando el agua de las ramblas en época de tormentas, y llega a Luco de Jiloca, donde recibe las aguas del Pancrudo, su principal afluente.
El río entra en la provincia de Zaragoza por Villanueva de Jiloca, abriendo su cauce al llegar a Daroca, excavando en materiales blandos del terciario y se encaja en los materiales paleozoicos de Manchones, Murero y Villafeliche. Una vez dejado atrás Maluenda y Calatayud desemboca en el río Jalón, siendo su afluente más importante.
Cabe destacar que toda la comarca del Jiloca está vertebrada por el río y las localidades que atraviesa forman una interesante ruta del agua bastante turística. Además desde bien antiguo ha servido como vía de comunicación entre la Meseta, el Valle del Ebro y Levante, dando fe de ello los numerosos puentes que pueden encontrarse a lo largo del cauce del río, algunos datan de la época romana, como el de Luco de Jiloca o el de Calamocha.
Además hay que recordar que el Cid Campeador utilizó esta ruta en su camino a Valencia y por el Valle del Jiloca llevaron los cristianos a cabo su expansión hacia el sur, dejando como testimonio el mudéjar.
En cuanto a la vegetación ribereña, se comprueba que está formada esencialmente de chopos, árboles en muchos casos centenarios, que forman un elemento básico en el paisaje de la comarca del Jiloca, siendo uno de sus elementos de identidad natural y cultural. Es usual encontrar igualmente cerezos y almendros, sobre todo entre los municipios de Luco y San Martín del Río.