Puntos de Interés
Infraestructura
Túnel de La Engaña
Situado entre las provincias de Cantabria y Burgos, y con sus casi 7.000 metros de longitud, el Túnel de La Engaña fue, durante varias décadas, el túnel ferroviario más largo de nuestro país. Sin duda nos encontramos ante la obra cumbre del inacabado proyecto del Ferrocarril Santander-Mediterráneo, con el que se pretendía enlazar los puertos marítimos de Santander y Sagunto.
Sin embargo, el que fuera uno de los proyectos ferroviarios más ambiciosos de España, nunca llegó a finalizarse.
Esta infraestructura, de 8 metros de ancho, 6,5 metros de alto y 116 metros de desnivel, se proyectó con la intención de atravesar la Cordillera Cantábrica. De esta manera, los ingenieros perseguían reducir la fuerte pendiente que existía entre las localidades de Merindad de Valdeporres y el Valle del Pas.
Fueron necesarios 8 años y jornadas de 12 horas diarias en condiciones prácticamente infrahumanas, para lograr perforar la infraestructura. En las obras participaron obreros libres, pero también cerca de 700 presos republicanos de la guerra civil que trabajaban para conseguir la redención de sus penas; cada día trabajado redimía dos de pena.
Aún en ruinas, en el acceso a la boca sur del túnel, todavía aguantan el paso del tiempo algunas de las construcciones que se levantaron en aquellos tiempos. El edificio de la estación, el andén, así como los almacenes que se proyectaron. Junto a ellos, las casas destinadas a funcionar como vivienda para el personal que se haría cargo de la estación. Un poco más lejos, los barracones de los que, con su sudor, hicieron posible esta obra de faraónicas dimensiones, una pequeña capilla y las obras de canalización del rio que da nombre a este túnel titánico que nunca llegaría a albergar vías.
Esta infraestructura sería el fin del proyecto ferroviario ya que, a mediados del siglo XX quedarían paralizadas las obras cuando apenas quedaban 35 kilómetros para enlazar las estaciones de Cidad-Dosante y Santander.
Sin embargo, a este proyecto le debemos otras construcciones cercanas de gran relevancia que han quedado como testigo de aquello que pudo y no llegó a ser, como el viaducto sobre el río Nela y el imponente muro de contención de Quintanabaldo.