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Municipio
Llueves
En la vertiente del valle del río Sella, muy próxima a Cangas de Onís, habita la aldea de Llueves. Este pequeño pueblo es el escenario donde aconteció la legendaria muerte del rey Favila y su suelo es el firme donde se levanta la Ermita de Santo Toribio, algunas casas de arquitectura tradicional asturiana y estupendos hórreos y paneras.
Poniendo en contexto, Favila fue el rey descendiente del mitificado Don Pelayo, que derrotó a los musulmanes en la Batalla de Covadonga, dio inicio a la conquista cristiana en España y se dice que fue el primer rey del Reino de Asturias. Tras su muerte en el año 737, fue su hijo Favila (o Fáfila) quien heredó el trono.
Ahora bien, se conoce a Favila por su corta vida de reinado y por su trágica muerte a manos de un oso salvaje. Según las narraciones de Alfonso III, Favila falleció dos años después de su toma de poder cuando, tras subir un monte y entrar en un valle, se encontró con un oso de grandes dimensiones. Cuenta la leyenda que Favila sacó la espada y le clavó una estocada, que no fue suficiente para matar al úrsido y acabó por ser devorado por el animal. Este hecho ha dado lugar al famoso dicho “espabila Favila, que llega el oso”. El legado de este rey fue la Iglesia de la Santa Cruz, primera iglesia consagrada del Reino de Asturias, levantada en Cangas de Onís y destruida en la Guerra Civil.
Trágico fue también el final del oso, que fue perseguido por los pueblerinos y tras caerse por una cueva, se tapió para que no pudiese escapar y se muriese de hambre. Más adelante en el tiempo, en 1880, se cuenta que se encontraron los restos del oso regicida parcialmente fosilizados.
El lugar donde encontraron al fallecido Favila fue conmemorado con una cruz de madera, que fue sustituida en 1857 por el trazo de una cruz en una roca acompañada de una inscripción que dice “UN O SO MA TO AL REIF. AÑO 739”. Ello fue ordenado por los Duques de Montpensier, Don Antonio Mª Felipe de Orleans y Dña. Luisa Fernanda de Borbón (hermana de la Reina Isabel II) durante una visita a Covadonga. Se puede encontrar oculto en un rincón tras unas casas próximas a la Ermita de Santo Toribio y junto a un afloramiento de caliza.
La Ermita de Santo Toribio es un templo de planta rectangular que se corona por un tejado a cuatro vertientes y una espadaña de un hueco con campana y rematada en cruz latina en su costado sur. Esta construcción de un piso presenta como en muchas construcciones populares un porche donde guarnecerse. Esta pequeña ermita empedrada presenta en su testero un altar separado del resto de la capilla por un arco de medio punto.
Las fiestas de “Prau” se celebran en Llueves cerca de la ermita cada 16 de abril en honor a Santo Toribio de Astorga. Hay que saber que es fiesta movible por lo que hay que informarse para poder disfrutar de la misa solemne, la procesión, la subasta del ramo, la romería y la alegre verbena.