Red de Caminos
Naturales
Etapa 42: Amposta - Riumar
Descripción
Por el delta del Ebro, hacia el mar Mediterráneo
El Camino Natural del Ebro finaliza en esta etapa que se estructura en un recorrido largo y llano a través del Parque Natural del Delta y los grandes arrozales formados en las tierras nuevas de aluvión. Tras Amposta se sigue el canal de la Izquierda para atravesar los distintos barrios de Deltebre. Ciñéndose a la orilla del Ebro, se bordea el nuevo puerto pesquero del pueblo y se sube al pequeño mirador de Muntell de les Verges, desde donde se alcanza el faro del Garxal, desembocadura oficial del Ebro. Rodeando la laguna del Garxal, ya dentro del Parque Natural, se llega a la última meta del Camino Natural del Ebro, en el paseo marítimo de la urbanización Riumar.
Muchos han sido los kilómetros recorridos antes de llegar a esta última etapa del Camino Natural del Ebro. Este tramo final discurre a través del delta, formación sedimentaria formada por los depósitos acarreados por el propio Ebro en su desembocadura. Un recorrido asequible, prácticamente llano, transitando por bosque de ribera y cultivos de arroz, mientras se disfruta del entorno singular del Parque Natural del Delta del Ebro.
No se puede comenzar mejor esta etapa: cruzando el magnífico puente colgante (Pont Penjant) sobre el Ebro, que se adentra en Amposta. Enseguida se gira a la izquierda, con el objeto de no perder de vista el río. Para ello será necesario atravesar algunas calles si se va en bicicleta, o sencillamente bajar unas escaleras que salen del puente si se va andando.
Una vez situados junto al embarcadero de Amposta, se ha de seguir una senda ciclista de color verde, que continúa hasta un aparcamiento, en la que se pueden encontrar algunos paneles interpretativos que invitan a profundizar sobre la vegetación de ribera, que está en proceso de restauración. El camino continúa recto y llano, paralelo al río. Es inconfundible ya que va flanqueado por una balaustrada de madera, que marca perfectamente el itinerario.
Acompañaran estos metros del camino ejemplares de álamos negros y blancos, típica vegetación de ribera en este tramo, mientras que, a lo lejos, comienzan a desvelarse los primeros cultivos de arroz y algunos huertos, antes de llegar a la depuradora de aguas de Amposta. Pasado el complejo, un poco más adelante, el camino atraviesa otra zona recreativa que cuenta con aparcamiento y varios paneles interpretativos, donde recrearse antes de continuar el camino.
Tras varios kilómetros en que la senda discurre junto al río, aparece la isla de Sapinya dentro del cauce del Ebro. Al divisar el final de la isla, también se acaba la balaustrada de madera y comienza un pequeño tramo de camino compartido. Se recomienda prestar atención, ya que el senderista comparte tramo con coches y maquinaria agrícola, por lo que toda precaución es poca.
Sin embargo, pronto vuelven las talanqueras de madera y las plantaciones de adelfas y álamo negro, acompañadas de otro cartel explicativo de la zona y de la restauración del bosque de ribera que se está llevando a cabo. Es el momento de deleitarse con el paisaje de la zona y de la oportunidad que brinda el camino de tomar un respiro en cualquiera de las múltiples zonas de descanso, con vistas al río y buena sombra, que se ponen a disposición del usuario. Del mismo modo, se cruzan algunas pasarelas de madera sobre las acequias de desagüe de los arrozales, que vierten al río.
En el trascurso de este tramo, aparece otra isla en el río, que destaca por su mayor tamaño (isla de Gràcia). Poco después se llega a un área recreativa, también mayor que las anteriores, que cuenta con un pequeño embarcadero, justo a la altura de Balada, un pueblecito a orillas del río. El camino continúa hasta el embarcadero de Sant Jaume d’Enveja, prácticamente debajo del puente de Lo Passador.
Tras cruzar el puente, y de nuevo junto al río, es posible continuar aguas arriba y enlazar con la etapa 42.1. El camino principal continúa por un tramo asfaltado y con farolas, y es opcional el detenerse en alguno de los chiringuitos para retomar fuerzas o, sencillamente, pararse a contemplar el río. Visión peculiar se ofrece al pasar junto a los embarcaderos, desde donde salen los barcos que recorren la desembocadura del río.
Es tiempo de alejarse de la orilla del río que durante tantos kilómetros ha acompañado la ruta, y alcanzar el canal de l’Esquerra, al que se accede rodeando una rotonda. Ahora el camino es de tierra y estrecho, flanqueado por numerosas palmeras. El itinerario continúa por el borde de una carretera, y está señalizado, estando los quitamiedos forrados de madera. Continuando el recorrido entre el canal y la carretera, es posible pasar al lado de alguna barraca ocasional, construcción muy típica de la zona e inmortalizada en algunas novelas nacionales, hasta que, pasados algunos kilómetros, se alcanza el Pont dels Moros. Por delante una rotonda que cuenta con un paso habilitado para este camino, que cambia su situación a la derecha de la carretera, siguiendo siempre en dirección a Riumar y la isla de Buda.
Entre campos de arroz se llega a otra rotonda, donde no hay más que seguir el camino, perfectamente señalizado, que poco a poco se va acercando de nuevo a la orilla del río, a través de una zona turística. Pegado de nuevo al cauce del Ebro, al lado de la carretera asfaltada, el camino rodea el pequeño puerto de Deltebre hasta encontrar un carril bici de color verde que está señalizado con paneles colocados junto al camping, hasta una rotonda en el propio carril. Se puede decir que aquí se encuentra el final del río Ebro, prácticamente junto al mar y frente al faro del Garxal y el mirador del Zigurat.
Poco queda para culminar la etapa, alcanzando la urbanización de Riumar. Para ello basta con tomar el sendero interpretativo que gira a la izquierda, rodeando el faro, y que recorre el borde de El Garxal. En esta zona se han dispuesto varios puntos de observación de la fauna de la laguna, y se avisa de que este último tramo puede no ser transitable en las ocasiones en que se encuentra inundado. Esta etapa y el Camino Natural del Ebro, terminan en el paseo marítimo de la urbanización.
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La laguna del Garxal
La laguna del Garxal es un humedal de 212 ha, de poca profundidad y un gran dinamismo, dado que está en proceso de formación. Está protegida dentro del Parc Natural del Delta de l’Ebre y es también Refugi de Fauna Salvatge. Se compone de pequeñas islas en forma de media luna que van modificando esta morfología según las aportaciones del Ebro, puesto que la laguna no tiene comunicación directa con el mar. Además, se ve rodeada de un sistema de dunas fijado parcialmente mediante taráis, que es zona de nidificación de martinetes y fumareles, entre otras especies de aves, y lugar de refugio de otras muchas limícolas migradoras.