Red de Caminos
Naturales
Etapa 32: Chiprana - Caspe
Descripción
Llegando al embalse de Mequinenza, el “Mar de Aragón”
En un corto recorrido, el Camino Natural del Ebro se separa del curso del río para adentrarse en un paisaje distinto, pero igualmente interesante, y mostrar almendros, torres, mases, valles y paleocanales de arenisca. Desde Chiprana, se sigue el viejo camino entre la carretera y la torre del Mocatero y, tras cruzar la A–221, se continúa por la histórica acequia de Civán, que data del siglo XVI, y se finaliza accediendo a Caspe por la carretera N–211, terminando en el parque de la Ronda de Mequinenza. Esta histórica ciudad, que atesora varios y atractivos monumentos, se alza en la desembocadura del Guadalope en el Ebro, represado en el Mar de Aragón.
Esta nueva etapa echa a andar partiendo de la rotonda de acceso a Chiprana (124 m). Tras unos metros en dirección a la carretera A-221, sale un amplio camino a la izquierda que enseguida se bifurca. Uno de los ramales por la izquierda, en dirección al cementerio y, un kilómetro después, alcanza la torre óptica construida durante la Tercera Guerra Carlista, en el siglo XIX. Pero el que interesa es otro, situado a la derecha que es el que el senderista tomará para seguir el itinerario que discurre paralelo a la carretera, en dirección este. Llega más adelante a la altura de un cruce, sobre la vertiente del barranco de Alcalán, donde gira a la derecha, cruza la A-221 y se encara ante las edificaciones de la venta de Voteré. Rodeando esta venta por la parte derecha se toma el camino de la izquierda, que desciende al Mas del Poblador y cruza el fondo de la vaguada de Alcalán. Una vez superada ésta, en un nuevo cruce, se accede al vial de la izquierda, que remonta hasta una nave agrícola que también rodea. Se gira entonces a la derecha, progresando sobre distintos caminos de accesos a campos que terminan subiendo a una explanada superior, bajo la sombra de un gran pino.
El camino se alarga en dirección este, llega a una pista de más entidad y rodea un complejo ganadero al que accede un carril asfaltado desde la izquierda. El Camino Natural, al igual que las marcas jacobeas, dejará en este momento el asfalto y seguirá por la variante que se dirige al sureste, llegando al sobrepaso del ferrocarril, junto a la acequia de Civán. Ésta acequia recorre, desde el año 1550, más de 50 km a partir del embalse del mismo nombre, situado en el río Guadalope. El agua que fluye por su lecho, aún de tierra, zigzaguea dominando y regando 4.120 ha pertenecientes al término municipal de Chiprana y Caspe, cuyo ayuntamiento tiene su sede en la antigua casa de Civán.
En un cruce cercano, se ha de buscar la pista de servicio de la acequia, situada a la derecha, y continuar por su margen izquierda, hasta llegar a la altura de la carretera de circunvalación de Caspe en dirección a Alcañiz (N-211). Antes, es posible realizar un alto en el camino que permitirá al caminante deleitarse con uno de los muchos elementos hidráulicos de Civán: una almenara en forma de casilla de piedra tallada que puentea la acequia y da servicio a las huertas que comparten espacio a la izquierda.
Una vez salvada la N-211 por un paso subterráneo, la ruta gira a la derecha unos metros. Se desvía entonces a la izquierda para bajar a una vaguada que da pie a una acequia secundaria, sobre un elegante acueducto. Enseguida se entra a un polígono industrial que desemboca en la vieja N-211 de Alcañiz. En descenso, continuando por un carril bici cuyo trazado sigue paralelo a la carretera, se llega al cruce de entrada a Caspe. Se abre ante el visitante la avenida de Chiprana que habrá de subir para, desde la rotonda de la plaza de Aragón, continuar por la calle del Obispo García, que baja hacia la estación de tren. Superada ésta, a mano izquierda se baja una calle que desemboca en el parque municipal pasando antes hasta dos veces bajo las vías, donde se pone punto final a esta etapa.
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Caspe y su mar
Caspe, con más de 10.000 habitantes, es ciudad histórica al haber sido escenario del acuerdo entre los diversos territorios de la Corona de Aragón para elegir rey a Fernando de Antequera, un hecho histórico que se conoce como el Compromiso de Caspe. Su relación con el Ebro es intensa, antes por sus huertas feraces de la Herradura y la Magdalena, y ahora, hecho el embalse de Mequinenza, por sus más de 500 km de costa (denominado el Mar de Aragón). Sin duda un atractivo internacional para la pesca y la navegación. El Guadalope, su segundo río, tiene una curiosa desembocadura en el Ebro: sus aguas finales son elevadas por encima del dique de contención del embalse con lo que se logra evitar la anegación de la vega vieja. Nuevos regadíos, un sector textil importante y los servicios derivados de su condición central en la comarca, sostienen la economía de su población.