Red de Caminos
Naturales
Etapa 1: Fontibre - Montes Claros
Descripción
El nacimiento del Hiberus flumen
Fontibre es la cuna del Ebro. Desde el monumento conmemorativo de su nacimiento, el camino sale del nacimiento del río, donde se sitúa su centro de interpretación, para atravesar la conocida localidad de Reinosa y, tras pasar por poblaciones con interesantes muestras de arte románico como San Ciprián, Santa María y San Julián, se llega al monasterio de Montes Claros; obra del siglo XVII con un curioso museo de mariposas. Los parajes de estos primeros km son ya impresionantes, con vistas como las que ofrece la cumbre de El Cotío (1.163 m), praderas o el tupido robledal por el que se discurre entre Bustasur y el apeadero de Montes Claros.
Fontibre (Fontes Iberis, es decir Fuentes del Ebro), idílico paisaje natural a 885 m y cuna del río más caudaloso de España, se erige en punto de partida del Camino Natural del Ebro que lleva al Mediterráneo. La salida, junto al punto que se ha considerado tradicionalmente el nacimiento del Ebro, se lleva a cabo ascendiendo por un camino enlosado hasta la CA-183, donde se ha trazado un camino peatonal y para bicicletas que se dirige a Salces y Nestares, 1,4 km después. Se accede entonces a Reinosa, por la residencia de San Francisco. Tras pasar sobre el Ebro por la calle Emilio del Valle, el GR se introduce en un parque que discurre paralelo al río. El recorrido va alternando de una a otra orilla hasta el final de la zona verde, junto al paso de nivel.
Al otro lado, la senda avanza junto al río, pasando bajo los puentes y de la A-67, hasta llegar a Requejo. Tras avanzar rumbo Sur, una vez cruzado el Ebro, se recorre algo más de 1,5 km por el carril bici de la carretera CA-731, desembocando en Bolmir, junto a la iglesia románica de San Ciprián, del siglo XII. El Camino Natural del Ebro cruza en ese momento la carretera que lleva a Arroyo y asciende entre campos hasta Retortillo. En esta localidad se puede visitar la iglesia románica de Santa María, también del XII, y el yacimiento de la ciudad romana de Julióbriga y su centro de visitantes.
Sin adentrarse en el pueblo, es necesario atravesar una cancela y continuar por una pista, dejando a la izquierda el depósito de agua y a la derecha el cementerio, para llegar a El Apartadero y Camporredondo. Desde allí parte, a la izquierda, un camino que asciende por la ladera de la montaña hasta la cumbre de El Cotío y, tras recorrer un kilómetro más, llega a Peña Cutral (1.085 m).
Desde este punto las vistas son impresionantes: Peña Labra (2.017 m), Pico Tres Mares (2.222 m), Reinosa y el embalse y los meandros del Ebro. Al fondo, surgen las montañas pasiegas, con el Castro Valnera (1.718 m) y el Picón del Fraile (1.648 m). Al Sur se extiende un inmenso espacio, hacia Valderredible y Castilla.
El camino prosigue por la cordal de la sierra, larga braña de hierba que alcanza el collado de El Arroyo (1.126 m). Superado el lugar de Peñastrosa, se desciende hasta llegar a Arroyo. Se cruza entonces la localidad por la carretera, observando algunas construcciones realizadas en el siglo XIX como la fábrica de vidrio, y XX , el embalse del Ebro.
Rebasada la presa, un camino viejo asciende hasta La Aguilera entre un tupido robledal. Ya fuera de la localidad, se deja atrás la iglesia románica de San Miguel, accediendo a la carretera que viene de Arroyo. Tras las últimas casas, un camino de tierra acerca a una cancela, situada a mano derecha, que da acceso a una finca. Después, hay que descender por pista entre campos de hierba, con vistas a la sierra de Peña Labra y al Ebro.
El camino lleva a un cortafuegos, por el que es preciso bajar para cruzar el arroyo Morgado y volver a ascender. Tras superarlo, se gira a la derecha, en dirección sur, por una pista que desciende entre pastizales y pinos, superando el arroyo de las Tasugueras, a Bustasur. Ya en la carretera, el camino gira a la izquierda para pasar junto a la iglesia románica de San Julián, construcción del siglo XII, y continúa hasta un desvío a la derecha que baja al puente sobre el Ebro.
Es momento entonces de cruzar y tomar la senda que asciende por la parte derecha que, entre un tupido robledal, accede a una pista por la que se llega al apeadero de Montes Claros y, una vez cruzada la vía del tren, un carril asfaltado acerca al aparcamiento y área de descanso junto al monasterio de Montes Claros. Este complejo monacal cuenta con hospedería, que funciona entre los meses de mayo y octubre, bar y un museo con una notable colección de mariposas.
Es posible continuar la ruta hacia la siguiente etapa sin necesidad de ascender hacia el Santuario de Montes Claros mediante un ramal que, desde el puente sobre el Ebro, discurre en paralelo al río hasta alcanzar un cruce con la Etapa 2.
Perfil
Destacados
Información adicional
Monasterio de Montes Claros
En Valdeprado del Río, entre bosques y montañas, se emplaza este lugar donde se venera a Nuestra Señora de Montes Claros, cuya romería se celebra el 21 de agosto. La tradición cuenta que un fugitivo cristiano llevó la imagen a una cueva tras la batalla de Alarcos (1195). A principios del XIII, un pastor la encontró, pues siguiendo a un toro vio como éste se arrodillaba en el mismo lugar. La imagen de la Virgen y el Niño se llevó a la iglesia de los Carabeos, pero una y otra vez regresaba a la gruta, por lo que se levantó una capilla. En 1686 Carlos II encargó a los dominicos la construcción del santuario. En 1821 fue suprimido el convento y en 1836 la imagen se llevó a la iglesia parroquial de Barruelo. Por último, el año 1880 supone el retorno de los citados monjes.
Ciudad romana de Julióbriga
la ciudad más citada por los autores latinos y las fuentes epigráficas en el territorio de los cántabros, por lo que es considerada la principal ciudad romana que existió en la antigua Cantabria. Desde que en el siglo XVIII el padre Flórez identificara la ciudad de Iuliobriga con las ruinas existentes en Retortillo, numerosos han sido los trabajos arqueológicos que se han desarrollado en este yacimiento, los cuales han dado como resultado el reconocimiento de un área urbana de medianas dimensiones que aún hoy se sigue identificando con la primera ciudad romana de la Cantabria antigua. Las excavaciones han proporcionado un gran número de materiales entre los que destacan algunas piezas singulares, conservadas en el Museo Regional de Arqueología y Prehistoria de Santander. Además de los restos romanos, en los alrededores de la iglesia románica de Retortillo fue puesta al descubierto una necrópolis medieval, con tumbas cuya cronología pudiera abarcar desde la época visigótica hasta la plena Edad Media.