Red de Caminos
Naturales
Etapa 1: San Sebastián de La Gomera - Degollada de Peraza
Descripción
Uniendo los lugares con mayor importancia en la historia de la gomera, su capital y donde se inició la conocida como rebelión de los gomeros
Desde San Sebastián de La Gomera hasta el mirador de la Degollada de Peraza en un recorrido ascendente de 9,8 km, a lo largo del cual es posible contemplar la arquitectura tradicional y las espectaculares vistas que ofrecen los barrancos del Cabrito y de La Laja, cuyas laderas abancaladas muestran la gran tradición agrícola de la zona. Disfrutando además del Roque Magro y del Roque del Sombrero y de la característica vegetación gomera.
Un panel interpretativo situado a la entrada del puerto de la capital isleña marca el inicio de la etapa. Tras recorrer unos metros por el paseo marítimo, y siguiendo la señalización que aparece a lo largo del recorrido, la ruta rodea el parque de la Torre del Conde por la Avenida del Quinto Centenario para continuar, una vez cruzado el barranco de La Villa, por la Cañada del Herrero y la Avenida Las Galanas hasta llegar al paraje denominado Cañada del Herrero, donde finaliza el tramo asfaltado y aparece un nuevo panel interpretativo. Hay que tener en cuenta que estos primeros 1,5 km se realizan íntegramente por el casco urbano, por lo que es conveniente extremar la precaución con el tráfico rodado..
En varias ocasiones se continúa por pequeños tramos de pista asfaltada que se alterna con la senda empedrada que ha venido acompañando al viajero durante toda Detalle de tabaiba la subida, no revistiendo peligro debido a su escasa circulación de tráfico motorizado. A pesar de ello se deben tomar las precauciones necesarias.
Tras este primer duro tramo de subida, superado el punto kilométrico 5, el caminante deja atrás la pequeña población de Ayamosna, cuyo entorno era conocido por ser uno de los graneros más importantes de la isla, tal y como informa el panel interpretativo al efecto. El camino, empedrado en este tramo, cruza la carretera de acceso a la pequeña población y continúa unos metros por una pista asfaltada.
Enseguida la ruta se desvía a la izquierda por una senda empedrada, desde la que el viajero puede disfrutar en toda su plenitud de las espléndidas vistas que ofrecen los roques del Sombrero y de Magro, ambos pertenecientes al Monumento Natural del Barranco del Cabrito, con innumerables bancales escalando las laderas.
Estas auténticas obras de ingeniería popular, consistentes en la construcción de pequeños muros verticales de piedra, consiguieron ganar algo de suelo cultivable en el entorno insular tan poco generoso para el cultivo. La mayoría de estos bancales, en los que antiguamente se sembraba trigo, cebada y chícharos (nombre común dado a varias especies de leguminosas y a sus semillas), hoy se encuentran cubiertos por tabaibas y pitas (Agave americana) y son pastoreados por ganado ovino y caprino.
Desde este punto se observa la distribución característica de la vegetación en estos barrancos, con numerosas plantas rupícolas y alguna mancha aislada de cardonales sobre los escarpes; en los piedemontes y fondos de barranco, la vegetación es de matorral con abundancia de balos, aulagas (Launaea arborescens) y tabaibas, mientras que en las laderas se aprecian algunas concentraciones de cardones (Euphorbia canariensis) y palmeras canarias (Phoenix canariensis).
Superado el punto kilométrico 7, con el roque Magro y el roque del Sombrero como fieles compañeros de viaje, se alcanza el Mirador de La Tortuga donde un pequeño panel ayuda al viaje a interpretar el paisaje.
El trazado del camino continúa ganando altura y pronto comienzan a aparecer bellos ejemplares dispersos de palmera canaria ocupando pequeñas vaguadas. Alcanzado el collado situado a los pies del cerro Tagamiche, el camino torna a la derecha y bordea la montaña de la Vegueta, en dirección al mirador de Degollada de Peraza, transformado en un sendero, bien perfilado y protegido en las partes más aéreas de su recorrido por una barandilla, que discurre al filo del barranco de Las Lajas y que ofrece unas espectaculares vistas de éste, del núcleo rural de La Laja y de Chejelipes. En el cauce del barranco también se pueden divisar las presas de Palacios y de Chejelipes.
En la parte final de esta etapa comienzan a aparecer los primeros brezos (Erica arborea) entre tabaibas, jaguarzos (Cistus monspeliensis), pitas y palmeras y que acompañan al viajero en el sendero de subida que zigzaguea hasta el mirador de Degollada de Peraza, donde se pone fin a esta primera parte del Camino Natural; antes de continuar con la siguiente etapa del recorrido, es recomendable cruzar la carretera GM-2 y contemplar una panorámica del barranco de Juan de Vera.
Esta corta y, al mismo tiempo, dura primera etapa finaliza en uno de los lugares con más historia de toda la isla de La Gomera. Como indica su denominación, Degollada de Peraza, en este lugar el guerrero gomero Hautacuperche dio muerte a Hernán Peraza “el Joven” por incumplir el pacto de hermanamiento que les unía desde varias generaciones atrás. Este episodio provocaría lo que se conoce popularmente como la rebelión de los gomeros, que tuvo trágico final para los gomeros prehispánicos tras la expedición militar posterior de Pedro de Vera, gobernador de Gran Canaria.
Puntos de interés
Municipio
Orografía
Parador
Vegetación
Perfil
Destacados
Información adicional
San Sebastián de La Gomera
San Sebastián, capital y puerta de entrada a la isla de La Gomera, destaca por su histórico pasado al ser el último punto de partida de Cristóbal Colón hacia el descubrimiento de América.
Como huellas de su historia destacan la Torre del Conde o de los Peraza, fortaleza de origen medieval y la construcción más antigua conservada en las Islas; la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, un verdadero museo de arte sacro con obras de los siglos XVI al XIX; la ermita de San Sebastián, levantada hacia 1530 o la llamada Casa de la Aguada, con su pozo de donde cuenta la leyenda que Cristóbal Colón tomó el agua con el que fue bautizado el nuevo continente.
Además, es un extenso municipio salpicado de pequeños núcleos rurales de bellas construcciones de arquitectura tradicional canaria, como los de La Laja, Vegaypala o Tejiade, testigos de su pasado agrícola.