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Hydrography
Hoz del río Huécar

La Hoz del río Huécar es un accidente geográfico ubicado en la cuenca del río del mismo nombre, localizado en las inmediaciones de la ciudad de Cuenca. Dentro de este impresionante cañón fluvial, se encuentran varios monumentos destacados, tales como las famosas Casas Colgadas, el histórico Convento de San Pablo y la emblemática Posada de San José.
Los ríos Huécar y Júcar forman unos cañones a su paso por la ciudad de Cuenca considerados como verdaderos monumentos naturales. Estos cañones tienen una amplitud que supera los 1.000 m y presentan desniveles de más de 200 m en diversas zonas.
La erosión provocada por estos ríos ha esculpido un paisaje de gran espectacularidad desde una perspectiva geológica. De hecho, este impresionante entorno es lo que justifica su inclusión en el catálogo de lugares de interés geológico (LIG) de España.
Dentro de la hoz del río Huécar, se destaca la importancia de las huertas tradicionales, conocidas como "hocinos", que históricamente han sido la fuente de abastecimiento de frutas y verduras para la ciudad. Estas huertas no solo añaden valor agrícola al paisaje, sino que también aportan una dimensión cultural significativa a la zona.
En cuanto al río Huécar, se puede indicar que se trata de un curso de agua con una longitud de aproximadamente 14 km, y es un afluente del río Júcar. Su cuenca se extiende por la provincia de Cuenca.
Su origen se encuentra en los municipios conquenses de Buenache de la Sierra y Palomera. En el pasado, durante principios del siglo XX, el río experimentó desbordamientos que hicieron necesaria la canalización de su último tramo, especialmente a su paso por la ciudad de Cuenca. La última inundación importante ocurrió en 1972, afectando a las huertas cercanas a la capital.
Sin embargo, desde el invierno de 1994 a 1995, cuando se emitió una alerta por un posible desbordamiento, el río no ha amenazado con superar su cauce. Para mantener su flujo a través de la zona urbana, se ha construido un túnel excavado en roca caliza que atraviesa el casco histórico de la ciudad para trasvasar agua desde el río Júcar y devolverla al Huécar un kilómetro más abajo. Este túnel dirige las aguas a través de una cascada artificial ubicada bajo las Casas Colgadas.
Sobre el río existe una famosa estructura colgada conocida como el Puente de San Pablo. Esta construcción se realizó sobre un puente previo levantado entre los años 1533 y 1589 por el canónigo Juan del Pozo. Este primer puente, originalmente construido en piedra, tenía como objetivo cruzar la Hoz del Huécar y conectar el convento de San Pablo con el área urbana de la ciudad. Sin embargo, este puente antiguo sufrió un colapso.
En la construcción de la infraestructura actual, inaugurada en 1903, se utilizó una combinación de hierro y madera. El diseño del puente fue obra del ingeniero de caminos valenciano José María Fuster y Tomás, y su construcción estuvo a cargo de George H. Bartle, cuya fundición, también de origen valenciano, gozaba de gran prestigio en esa época.
Se trata de una estructura rectilínea que se extiende a lo largo de 100 m en dos vanos y alcanza una altura máxima de 60 m. Está apoyado en los pilares de arranque de sillería del antiguo puente y, en el centro, se apoya en un puntal de hierro.
El Puente de San Pablo es considerado un elemento destacado del patrimonio de la ciudad de Cuenca y uno de los lugares privilegiados desde los cuales se pueden admirar las famosas Casas Colgadas.