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Cultura
Balneario de Valdeganga

El Balneario de Valdeganga fue un importante manantial ubicado en el municipio conquense de Valdetórtola, a orillas del río Júcar.
Sus orígenes se remontan a unas antiguas termas romanas, sobre las cuales, en la década de 1920 se construyó un importante complejo hotelero que, durante los siglos XIX y XX, atrajo a la alta sociedad española.
Las instalaciones constaron de dos hoteles, un restaurante, varios jardines, un área infantil y una pista de baile. Así como una piscina de agua natural, para la realización de “baños fríos”, y un manantial de agua termal, con temperaturas de hasta 24Co.
La fama que experimentó este Balneario fue gracias a las propiedades medicinales de sus aguas, las cuales parecían curar afecciones y dolencias de la artritis, el reumatismo, la neurastenia, la amenorrea, la gota o el histerismo. Todo ello gracias al alto contenido en minerales de las mismas, con altas concentraciones de magnesio, sodio, manganeso, calcio y sulfato. Convirtiéndolas en aguas sulfatadas, cálcicas, alcalinas y bicarbonatadas.
Como anécdotas históricas: durante la Guerra Civil Española las instalaciones del balneario fueron empleadas por tropas del bando republicano como refugio; y tras un grave accidente automovilístico en 1957, en la provincia de Cuenca, fue utilizado como depósito de cadáveres.
A principios de la década de los años 60, este complejo fue abandonado y actualmente se encuentra en ruinas. Y, a pesar de los múltiples intentos de la familia Ballesteros, propietaria del terreno, de rehabilitar el edificio, ninguno de los proyectos ha conseguido llegar a puerto.
Los baños de Valdeganga, ya sin uso, aunque aún en pie a pesar de notarse los efectos del abandono, fueron el lugar elegido por Carlos Saura para grabar gran parte de su película Peppermint Frappé en 1967.