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Municipio
Villar de Olalla

Villar de Olalla es un pequeño municipio situado en la comarca de la Serranía de Cuenca, en la provincia de Cuenca.
Ubicado en un entorno montañoso, caracterizado por colinas y bosques, se encuentra a unos 10 km al sureste de la capital provincial.
Según algunos hallazgos encontrados en la zona, la historia de esta villa se remonta a la Edad de Bronce, tal y como atestigua el yacimiento de los Los Escalones, localizado en el monte homónimo y una concentración de tumbas en un valle cercano.
Igualmente, existen vestigios que indican que hubo cierta presencia de los romanos en la sierra de El Bosque, frontera natural entre Villar de Olalla y Cuenca. Se trata de posibles villas y molinos cercanos a los ríos San Martín y Júcar. A esto se suma la presencia del puente romano de Villar de Olalla. La presencia visigoda se asocia con la creación del asentamiento en el cerro de San Lorenzo, también utilizado como necrópolis. Tras la conquista cristiana, la población persistió en el mismo cerro, pero más tarde, debido a la proliferación de algunas pestes, se trasladó a la otra orilla del río San Martín, donde se estableció definitivamente.
Villar de Olalla conserva elementos arquitectónicos tradicionales, incluyendo casas de estilo rural típico de la región. Destaca la Iglesia Parroquial, edificada en el siglo XVI y dedicada a la Natividad de Nuestra Señora. Se trata de un templo de cruz latina con coro cubierto por bóveda de cañón. Igualmente se conserva una pequeña ermita bajo la advocación de la Virgen del Villar. Una construcción de apariencia sencilla donde reside la imagen de la patrona.
En cuanto a las festividades que celebran los habitantes de esta población destacan las realizadas en honor de la patrona, la Virgen del Villar. Éstas tienen lugar entre el 7 y el 11 de septiembre y, durante las mismas tiene lugar una romería en la que la imagen de la virgen sube desde la ermita hasta la iglesia del pueblo. El primer domingo de octubre se celebra el conocido como Domingo del Rosario. En esta ocasión, la virgen realiza el camino contrario desde la iglesia hasta la ermita para, después, compartir bollos y chocolatada.