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Vegetación
Dehesa de alornoques
La dehesa constituye uno de los ejemplos típicos del sistema agrosilvopastoral en la península Ibérica. Se trata de un ecosistema de bosque mediterráneo que normalmente está constituido por un bosque abierto de especies arbóreas como la encina o el alcornoque y un sustrato inferior de matorral o pastizal. También se conoce como dehesa al tipo de administración de las fincas privadas dedicadas al aprovechamiento agrícola y ganadero del bosque mediterráneo. En la península Ibérica las amplias extensiones de dehesa son un paisaje típico en el suroeste y oeste de España y Portugal.
Constituyen un ecosistema esencial desde el punto de vista social y económico, ya que su aprovechamiento supone uno de los principales motores económicos de las zonas rurales en las que se extienden. En el caso de esta dehesa en concreto, el conjunto arbóreo está constituido por alcornoques, una especie de porte medio que puede llegar a alcanzar los 25 m de altura.
Su fruto es una bellota de sabor amargo que es usada para alimentar a una importante variedad de animales que van desde las aves migratorias como las grullas, hasta el ganado porcino. Debido precisamente a su amargura, este fruto no suele ser utilizado como ingrediente gastronómico.
Los alcornoques son una especie que puede crecer en terrenos con una altitud de hasta 1.000 m, siempre y cuando los suelos sean ácidos. A diferencia de otras especies como la encina –que también es posible encontrar formando dehesas similares–, el alcornoque requiere de algo más de humedad y se adapta peor a las temperaturas extremas, especialmente las heladas.
El principal uso que se le ha dado a lo largo de la historia al alcornoque es la obtención de corcho. De hecho, precisamente la actividad extractiva de este material ha modificado notablemente la estética de muchos alcornoques, que en la actualidad carecen de corteza desde su base hasta sus ramas. Pese a ello, esta actividad humana no constituye ningún daño para el árbol, que con el paso de los años regenera de nuevo esta corteza, haciendo así posible la repetición del proceso de obtención del corcho.
A pesar de que en zonas como esta en el norte de Extremadura el alcornoque es una especia bastante común, se trata de una especie protegida en varias comunidades autónomas de España: Asturias, Baleares, Castilla – La Mancha, Madrid, Murcia, Euskadi y Valencia.