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Municipio
Albacete
Albacete es a la vez la capital y la ciudad más poblada de la provincia. Se sitúa al sur de Castilla-La Mancha. En las proximidades de lo que hoy conforma el núcleo urbano de la localidad se han hallado restos arqueológicos que datan de la Edad de Bronce y de la cultura íbera y romana. En este sentido tiene especial trascendencia el yacimiento arqueológico de El Acequión, donde es posible conocer los mayores exponentes del Bronce Manchego. También han sido encontrados vestigios de los asentamientos romanos en la zona, entre los que destaca el monumento funerario de Santa Ana, que data del siglo I. A pesar de ello, los expertos atribuyen su origen en una pequeña alquería construida en el siglo IX. En época andalusí era conocida como Al-Basit que significaba “el llano”. Años más tarde en 1146 tendría lugar en esa zona la famosa batalla de al-Luŷŷ, en el que los soldados del reino de Castilla acabarían con la vida del rey levantino Sayf al-Dawla. Sería bajo el reinado de Fernando III, conocido como el Santo de Castilla, cuando se tomaría la ciudad en 1241.
En 1375 Albacete conseguiría el título de villa, aunque durante muchos años sería lugar de numerosas confrontaciones protagonizadas por los partidarios de los Reyes Católicos y los de Juana la Beltraneja. Durante el siglo XVI, la ciudad continúo con su crecimiento. Por su importancia, Carlos I regaló el señorío de Albacete a la emperatriz Isabel de Portugal, como regalo de bodas.
Durante la guerra de sucesión española, librada en el siglo XVIII, Albacete se mantuvo fiel a Felipe V que, tras ocupar el trono otorgó a la ciudad el privilegio de contar con una feria franca en un recinto permanente situado en el paraje de Santa Catalina, al oeste de la ciudad –que hoy sigue siendo el recinto ferial de la ciudad-.
Ya en el siglo XIX, Albacete viviría importantes hitos. Como la construcción del Real Canal de María Cristina, para facilitar el desagüe de las aguas estancadas que propiciaban la aparición de enfermedades, o los numerosos saqueos de las tropas napoleónicas durante la guerra de Independencia Española. Llegado el siglo XX nacieron el Banco de Albacete y la caja de ahorros y se desarrollaron distintas industrias, como la cuchillería o la metalurgia. Durante la Guerra Civil fue cuartel general de las brigadas internacionales y sufrió los rigores de la contienda, siendo protagonista de varios bombardeos.
Actualmente Albacete se ha convertido en una de las ciudades con mayor calidad de vida de nuestro país. Es también la que tiene mayor accesibilidad y una de las más seguras. Estamos por tanto ante una capital moderna, con grandes espacios y zonas verdes, así como un enorme patrimonio histórico y natural.
La que hoy es la primera economía de Castilla-La Mancha, basada en el pasado en la actividad agrícola y ganadera, de lo que derivaría la popular Feria de Albacete. Hoy, además de la cuchillería, uno de los pilares de su industria, Albacete se ha centrado en el sector comercial y de servicios.
El centro histórico de la ciudad guarda diversos tesoros en forma de monumentos como la Posada del Rosario, tipo caserón manchego construido en el siglo XVI donde están presentes estilos como el gótico, el renacentista o el mudéjar. También encontramos el Palacio de la Diputación Provincial o el Teatro Circo, ejemplos de edificios administrativos y culturales creados a partir de la década de los 80 del siglo XIX.
Ya en el siglo XX comienza la construcción de distintas infraestructuras como el Pasaje de Lodares, una histórica galería modernista o la Fábrica de Harinas, un palacio gubernamental modernista.
También cabe hablar de la preciosa Plaza de Toros, de influencia mudéjar que ostenta el honor de ser una de las plazas más excelentes de España y una de las que mayor prestigio atesora en el arte del toreo. Otro lugar emblemático es la Plaza del Altozano, kilómetro 0 de la ciudad manchega.
Mención aparte merece la arquitectura religiosa, ámbito en el que destacan ejemplos como la Catedral de San Juan, declarada Bien de Interés Cultural, la Capilla de la Virgen de Los Llanos, símbolo de la popular Feria de Albacete, donde se guarda la imagen de la patrona de la ciudad y además fue declarada Bien de Interés Turístico Internacional.
En cuanto a la naturaleza, indicar que estamos ante una de las ciudades españolas con mayor superficie de zonas verdes como el Parque Abelardo Sánchez, el de la Fiesta del Árbol o el Parque Lineal. Cerca del municipio destacar espacios como el encinar de Mahora, la ribera del río Júcar o la Cañada Real del Pozo Rubio.
Pero si hay un elemento que atrae el turismo hasta esta localidad manchega es, sin duda, su feria, celebrada cada año entre el 7 y 17 de septiembre y que está declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional. Se trata de una festividad que en 2010 celebró su tercer centenario, aunque probablemente se celebrase desde hace más tiempo. La feria comenzó su imparable crecimiento y repercusión gracias al recinto ferial que en el siglo XVIII el rey permitió construir en la ciudad y que posteriormente ha sido ampliado en sucesivas ocasiones para albergar la ingente cantidad de visitantes que la ciudad recibe durante esta feria en la que se rinde honor a la virgen de Los Llanos, patrona de Albacete.
En el mes de junio se celebra San Juan Bautista, patrón de Albacete, con su popular desfile de antorchas.
Por último, hablar de su rica gastronomía, donde el protagonista es el gazpacho manchego, elaborado a base de carne de caza, así como las migas ruleras y las gachas de pastor. El pisto manchego o moje y el popular atascaburras también son ejemplos de la tradición castellana. Y no podemos dejar de mencionar los miguelitos de La Roda, uno de los postres más famosos de la zona y de nuestro país.