Puntos de Interés
Municipio
Alquézar
Al pie de las sierras de Balcez y Olsón y situado en el último cañón del rio Vero, en su margen derecha, encontramos Alquézar. Este municipio y localidad de la comarca de Somontano de Barbastro, en Aragón, debe su nombre a una fortaleza (al-qásr en árabe) edificada a comienzos del siglo IX por Jalaf ibn Rasid. El objetivo de esta construcción era defender la comarca fronteriza de Barbitanya y el acceso a la próspera ciudad de Barbastro, frente al condado cristiano de Sobrarbe.
El rey de Aragón, Sancho Ramírez, conquistó la villa en el año 1067, transformándola en una fortaleza cristiana con guarniciones militares, amurallándola y dotándola de un torreón cuadrangular y una pequeña capilla, visibles en lo más alto del promontorio rocoso. Esta fortaleza estaba asistida por una comunidad de monjes agustinos. Hoy día todavía se conservan restos de estas construcciones, así como de una torre de Albarrana fuera de esos muros para proteger el acceso. En 1099, con el avance de la reconquista, pierde la importancia militar y se transforma en una institución religiosa que se encargó, entre otras cosas, de construir la iglesia románica conocida como Colegiata de Santa María la Mayor, consagrada como capilla real.
Entre los siglos XV y XVI se amplió la protección con nuevos muros almenados y torres, cuya torre central fue recrecida en el siglo XVIII y acondicionada como esconjuradero, cuya única función era esconjurar las tormentas que se creía que eran provocadas por las brujas.
La Colegiata de Santa María la Mayor, declarada Monumento Histórico Artístico Nacional, conserva seis capiteles románicos con escenas del Antiguo Testamento de la iglesia original, integrados en el magnífico claustro del siglo XIV. Las paredes del mismo están decoradas con pinturas al fresco de los siglos XIV al XVIII, que narran escenas del nuevo testamento. Se trata del único claustro en Aragón que se conserva enteramente pintado. La actual iglesia se construyó en el siglo XVI y está dedicada a Santa María. Destacan el retablo policromado, de un estilo de transición entre el renacimiento y el barroco, las capillas, el órgano y la pieza más valorada, el Cristo de Lecina. Un Cristo de transición entre el románico y el gótico, realizado con madera de pino y con cuatro clavos, uno en cada mano y en cada pie. En la parte superior del claustro se encuentra el museo con retablos del siglo XV y otros valiosos cuadros.
A partir del siglo XIII la población se extiende fuera de unos muros que permitían en acceso a la villa a través de tres puertas de las que se conservan dos: la principal, gótica (siglo XIII), y la otra en la parte baja del pueblo. Esto creaba un casco urbano, declarado Conjunto Histórico-Artístico, en el que las calles principales paralelas estaban adaptadas a las curvas de nivel y conectadas con callejones perpendiculares. Aquí encontramos alguna cubierta, también conocidas como “callizo”, en la que se situaban habitaciones voladas, su plaza mayor porticada y el Museo Etnológico Casa Fabián, ubicado en una típica casa del siglo XVII.
La economía de Alquézar está basada principalmente en la agricultura de secano, aunque recientemente se ha detectado un crecimiento del sector servicios.
Al formar parte del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, Alquézar es también un destino ideal para disfrutar de la naturaleza, de los deportes de aventura (senderismo, escalada, descenso de barrancos…) y del arte rupestre. Si quieres descubrir los bellos rincones del río Vero a su paso por la localidad, puedes hacer a pie la sencilla ruta de las pasarelas de Alquézar, ideal para hacer en familia.
En cuanto a las festividades de este municipio destaca la romería a la ermita de San Antonio y las fiestas de San Fabián, ambas en el mes de enero, la romería a la ermita de Dulcis, que tiene lugar el segundo domingo de mayo y las fiestas patronales en honor de San Hipólito, que se celebran entre el 11 y el 14 de agosto y las de San Nicóstrato, el 8 de noviembre.