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Vegetación
L' Aiguabarreig
El L’Aiguabarreig es un espacio natural de gran riqueza situado en la confluencia de los ríos Ebro y Segre, en el término municipal de Mequinenza, en Aragón.
En catalán, esta denominación describe la mezcla de aguas en un lugar en el que dos o más corrientes se juntan para formar una sola. En este caso concreto, se trata del lugar donde el río Cinca desemboca en el río Segre y, a su vez, éste aporta agua al río Ebro.
Esta zona, que atesora una enorme variedad de ecosistemas que van desde las estepas mediterráneas, a los bosques de ribera, se sitúa en el centro de la depresión media del Ebro, y tiene gran importancia como área de reproducción, invernada y descanso de distintos ejemplares de fauna migratoria.
Con la construcción de los embalses de Ribarroja y Mequinenza, el Aiguabarreig original quedó sepultado, al inundarse las orillas y varias islas situadas entre los dos grandes ríos, por lo que la imagen que se puede contemplar hoy día, puede decirse que es fruto de la acción del hombre.
Gracias a los sedimentos que han ido aportando a lo largo de los años el Cinca y el Segre, se han podido recuperar los típicos carrizales y las masas forestales, si bien lo que más sorprende al visitante son los cientos de metros de anchura de agua, las islas fluviales y las enormes extensiones de bosques de ribera en los que se intercalan, pequeñas playas de guijarros, galachos, pozas y carrizales.
Estamos ante un paisaje de grandes contrastes que fluctúa entre los humedales propios de la unión de varios ríos, y la aridez circundante lo que convierte esta zona en el lugar ideal como punto estratégico de muchas aves que se detienen aquí para reproducirse, invernar o descansar de su recorrido migratorio. De hecho, a lo largo del ciclo anual se han llegado a registrar un total de 280 especies diferentes, destacando las ardeídas y las rapaces. A ellas se unen reptiles, murciélagos y muchos ciervos y corzos, así como nutrias y cabras salvajes.
En cuanto a la vegetación, predomina el chopo y el álamo, así como algún que otro ejemplar de aliso y fresno.
Todo ello convierte esta confluencia fluvial en una de las más importantes a nivel biológico y ambiental de nuestro país, estando controlada por la ZEPA Matarranya-Aiguabarreif de casi 37.000 ha.