
Puntos de Interés
Cultura
Molino de Pina
En Pina de Ebro, accediendo a través del camino desde Osera de Ebro y dejando a la derecha la localidad de Aguilar de Ebro, se localiza el Molino de Regolfo de Pina.
Durante la segunda mitad del siglo XVI este tipo de molinos de regolfo alcanzó su popularidad en la región de Aragón gracias a que con ellos se hizo posible el aprovechamiento de la energía disponible en zonas donde los caudales eran elevados pero que, a su vez, contaban con saltos muy reducidos.
El Molino de Pina, de cuyas primeras referencias documentales datan del siglo XVI, está formado por un único edificio rectangular, de tejado a cuatro aguas y tres plantas de altura, de las cuales la primera se encuentra construida en piedra mientras que las dos restantes, fueron construidas a base de ladrillo enyesado.
Su funcionamiento consistía en la construcción de un estrecho canal paralelo al río por el que se hacía circular el agua hasta llegar al molino. El agua, a su paso por este canal, se acumulaba, dando lugar así a un efecto de regolfo y generando con ello una fuerza mayor que era de aplicación al entrar el agua en contacto con el rodete del molino, que lo hacía girar al tiempo que este hacía girar el agua por fuerza centrífuga. Una vez el agua pasaba por el rodete era devuelta al cauce.
El problema principal que llevaba consigo la utilización de este tipo de molinos era la necesidad de crear este canal paralelo que permitiese activar el mecanismo del molino.
Tras su uso como molino y tras haberse visto muy modificado durante el siglo XX, el Molino de Pina sirvió como refugio para los jornaleros de la zona. Sin embargo, en la actualidad, se trata de un edificio en desuso sellado con hormigón y del que tan solo es posible identificar que se trata de un molino gracias a su ubicación ya que se encuentra rodeado por un antiguo sistema de alimentación de acequias.