
Puntos de Interés
Municipio
Monreal del Campo
Cerca del nacimiento del río Jiloca, al oeste de la provincia de Teruel, se sitúa el municipio de Monreal del Campo.
Gracias al hallazgo de numerosas monedas pertenecientes a época romana e íbera se tiene la seguridad de que en la zona hubo asentamientos de gran antigüedad como la mansión romana de Albónica.
Avanzando un poco más en la historia de la villa, la fundación de la misma se realizó cerca de 1120 cuando el rey Alfonso I, El Batallador, tras la batalla de Cutanda, construye un castillo en las conocidas como fuentes del Jiloca, también conocidas como Ojos. Se tiene constancia de este hecho gracias a una carta del arzobispo Guillermo de Aúx. En la misiva, el religioso pide ayuda económica para la milicia creada en la ciudad.
Como ocurriría con otras poblaciones de la zona, se incorporó en la Sesma del Río Jiloca por orden de Jaime I, dependiendo de la corona desde entonces hasta la muerte de Fernando VII en 1833.
Fue escenario de importantes batallas durante las Guerras Carlistas, siendo reducida a cenizas y motivando la creación de un nuevo casco urbano.
Sin duda uno de los tesoros de este municipio son los restos de su castillo, donde se distingue una torre utilizada como campanario y que pertenecía a una construcción anterior perteneciente al siglo XVI. El templo que se puede visitar hoy día es el de la Natividad de Nuestra Señora, construido en el siglo XIX. A las afueras del pueblo, junto a la carretera se ubica la ermita del Carmen, un templo sencillo realizado en el siglo XVIII que fue rehabilitado en 1967.
Ya en el casco urbano destacan construcciones de carácter civil como la Casa Palacio de Doña Concha, perteneciente al estilo renacentista aragonés, la Casa de Perico Latorre, en la que destaca una hornacina con una imagen de la Virgen y el propio Ayuntamiento.
A nivel etnográfico existen dos molinos harineros conocidos como Molino Alto y Molino Bajo y, también, el Museo del Azafrán, cuyo objetivo es salvaguardar la cultura y la tradición de este cultivo que durante muchos años fue vital en el desarrollo económico del pueblo.
No se debe menospreciar el entorno natural de Monreal, ya que en su término municipal se pueden visitar los conocidos Ojos del Jiloca, también conocidos como Ojos de Monreal, un humedal que, debido a su extensión, está considerado como el mayor de la confluencia de la Cordillera Ibérica.
Aunque durante mucho tiempo su economía estuvo basada en la agricultura y la ganadería, actualmente se ha registrado una explosión de la industria.
Son muchas y muy diversas las fiestas que tienen lugar en esta población. La víspera del 16 de enero existe la tradición de celebrar San Antón con unas hogueras alrededor de las cuales se reúnen los vecinos. Llegado mayo, concretamente el primer domingo de ese mes, se lleva a cabo la romería de la Virgen de la Carrasca. Las fiestas patronales se celebran a finales del mes de agosto, en honor de la Natividad de Nuestra Señora.