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Municipio
Asiego
Asiego, o Asiegu, es una villa perteneciente a la parroquia de Carreña. Se ubica al norte del concejo de Cabrales a una distancia de 3,5 km desde Carreña y a 16 km respecto a Benia de Onís. Su posición abalconada permite contemplar los excepcionales Picos de Europa y, en especial, uno de los picos más emblemáticos de Asturias, el Picu Uriellu.
Esta localidad ha sido premiada como Pueblo Ejemplar de Asturias en 2019 por la Fundación Princesa de Asturias. Este premio reconoce su distinguido esfuerzo en "la defensa y conservación de su entorno natural, ambiental, de su patrimonio histórico, cultural o artístico, en iniciativas de impulso económico y social o en la realización de obras comunales u otras manifestaciones de solidaridad sobresalientes". Y es que Asiegu es un pueblo asturiano con mucho pasado, con conciencia de su magnífico entorno natural y con una admirable actitud emprendedora.
La historia de Asiego comienza con los primeros humanos que habitaron estas tierras, que se ligan con la Cueva de la Covaciella. Se trata de una cueva paleolítica muy próxima a la localidad que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y Bien de Interés Cultural. En ella se descubrieron yacimientos sumamente interesantes, pero lo más prodigioso son sus magníficas pinturas rupestres con representaciones artísticas de ciervos, cabras, caballos y detallados bisontes.
Asiego ha sido testigo del paso del tiempo. En esta localidad se produjo el hallazgo de catorce hachas de guerra de la Edad de Bronce que datan aproximadamente del 1.500 a.C. Estos restos se conocen en la arqueología como el depósito de Asiego y dieron nombre a un tipo de hacha bárbara, llamadas «Cabrales». Este tipo de hachas están extendidas por Asturias, Galicia y regiones portuguesas como Minho, tras-os-Montes y Douro Litoral. No solo valían como armas sino también como lingotes y símbolo de poder. Las hachas planas de Asiego se encuentran hoy en el Museo Arqueológico de Oviedo.
Asimismo, a Asiego le envuelve el misterio ya que, a parte de las catorce hachas de bronce, se halló el ajuar funerario de una persona que, por el tamaño que tenía, se le llama la tumba del gigante de Asiego.
Hoy también se conservan restos de épocas medievales en esta localidad de Cabrales. Además, existen los vestigios de una torre defensiva construida en el siglo XVIII que ya era conocida como en esa época como la Torre de Asiegu.
Otra construcción que forma parte del alma del pueblo es la Iglesia San Miguel de Arcángel. Se trata de una obra religiosa construida entre los siglos XIV y XVII de nave única cuadrangular. Su exterior cuenta con una espadaña de dos campanas y en sus laterales existen dos pórticos de acceso. Su interior es cubierto por una bóveda de madera de cañón apuntado y el presbiterio se ve separado por un arco triunfal. Es preciso señalar las pinturas murales ya que son el principal protagonista de la iglesia. Ilustran a San Pedro y San Pablo, un calvario y los evangelistas.
Las vistas de Asiego son una parte importante del pueblo, de hecho existen dos miradores para contemplar esta obra de la naturaleza: uno se encuentra en el propio pueblo, en el Mirador Pedro Udaondo junto a la iglesia; y otro en lo alto de la Sierra del Cuera, en la Mayada de Tebrandi.
El pueblo conserva casas de piedra de estilo popular montañés, la fuente de la Pandiella, la Bolera nueva dedicada a Dionisio Viejo y el Monumento a los héroes de la carretera (un homenaje a aquellos trabajadores que se esforzaron en levantar la carretera que hoy disfruta Asiego).
El pueblo forma parte de la Ruta del Queso y la Sidra. Es lugar de elaboración del queso más famoso de Asturias, el queso Cabrales, y producen sidra de elaboración propia. Ello se puede conseguir gracias a las cuevas de su alrededor, los manzanos que ciernen en sus laderas y sus verdes prados que son zona de trashumancia estival.
Las fiestas populares en Asiego se hacen en honor a San Roque de Asiego el 16 de agosto. Solo Asiego y Tielve hacen el rito de plantar la jolguera, se trata de una tradición en la que se planta un tronco desnudo de arce. En su copa se prepara un regalo que solo lo podrá conseguir quien llegue hasta el obsequio.