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Cultura
Monasterio San Salvador de Lourenza
El Monasterio de San Salvador de Lourenzá fue fundado en el siglo X por el conocido como “Conde Santo” que no era otro que Osorio Gutiérrez. A partir de este monasterio se fue desarrollando la villa de Lourenzá cuyo nombre, según cuentan, deriva de los nombres de los hijos del conde santo Lourenzo y Ana.
Se trata del monumento más importante de la localidad, todo un referente del barroco gallego que fue declarado Monumento histórico-artístico en el año 1974.
Su origen data del año 969. Surgió como un monasterio de carácter familiar, aunque posteriormente, el siglo XII pasaría a ser un monasterio benedictino. Sería a partir de 1642 cuando su prestigio alcanzaría su máximo esplender con la otorgación del título de Marqués de Lourenzá a Don Álvaro Quiñones.
A causa del decreto de Desamortización de Mendizábal, el 18 de octubre de 1835, tuvo lugar la supresión definitiva con el posterior desmantelamiento de la biblioteca del monasterio.
Años más tarde, en 1910, volvió a ser ocupado por una comunidad de monjes creándose un priorato que, tras el traspaso de las dependencias al Obispado de Mondoñedo, en 1942, es disuelto y a partir de entonces pasa a tener funciones de seminario menor.
Gracias a un manuscrito firmado por fray Benito Ponte, podemos conocer el proceso de construcción del monumento.
El edificio presenta planta de cruz latina con tres naves y una cúpula sobre el crucero. La nave central es ancha y sus laterales se abren a pequeñas capillas aptas para el culto. Su fachada, atribuida al arquitecto Fernando de Casas Novoa, es considera como precedente de la fachada del Obradoiro de la Catedral de Santiago de Compostela. Su portada presenta tres cuerpos y a los lados dos torres.
El primer cuerpo consta de 4 grandes columnas, 2 a cada lado de la puerta, en la que podremos observar esculturas de San Benito, Santa Escolástica y Asunción. En el segundo cuerpo podemos admirar la escultura del Salvador. Sobre el tercero se levanta el remate con una hornacina donde se atesora la imagen del conde santo vestido de peregrino palmero.
Consta de una sacristía con un magnifico relicario del siglo XVII con bustos en madera policromada, representando cada uno a un santo. El retablo mayor es de origen neoclásico, fabricado por Ventura Rodríguez, consta de un solo cuerpo y tres calles separadas por columnas de dos en dos, estriadas con capiteles corintios.
Destacar la capilla de Nuestra Señora de Valdeflores, del siglo XVIII, que contiene el sarcófago de mármol jaspeado, blanco y cárdeno con vetas azules donde se halla sepultado el conde Osorio, principal mecenas e impulsor del monasterio. El conde lo hizo traer este sepulcro paleocristiano desde Aquitania.
Los peregrinos que acudían al monasterio imploraban protección al conde santo a través de una oración frente a este sepulcro, mientras introducían dos dedos por dos orificios que se hallaban en la parte inferior para poder tocar la caja de madera donde descansaba el cuerpo.
De sus primeros siglos de historia aún se conserva un arca del IX y una lauda del XII. Indicar también que el edificio alberga un interesante Museo de Arte Sacro.