Red de Caminos
Naturales
Etapa 28.1: Pina de Ebro - Gelsa
Descripción
La ruta de Las Mejanas
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¡AVISO IMPORTANTE!
CON MOTIVO DE LAS OBRAS DE CONCENTRACIÓN PARCELARIA QUE SE ESTÁN LLEVANDO A CABO EN EL TÉRMINO MUNICIPAL DE GELSA AJENAS AL PROGRAMA DE CAMINOS NATURALES, ESTA ETAPA PUEDE PRESENTAR CORTES AL PASO DE PEATONES Y CICLISTAS. SE AVISARÁ OPORTÚNAMENTE DE LOS CAMBIOS QUE PUDIERA HABER EN ESTA SITUACIÓN
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Cruzando el puente de Pina se puede también continuar el camino por la orilla derecha del Ebro, atravesando los sotos de la Mejana de los Nidos y de Arenales. La ruta permite luego dos opciones: continuar recto por los caminos de la Rambleta y la Mechaneta o bien, seguir por el dique de defensa del río por la ruta de Las Mejanas. Esta segunda opción permite conocer la mejana de Capera, el azud de Puerto y las islas-soto de la Plan. Los dos itinerarios se unen poco antes de llegar a Quinto. Finalmente, siguiendo por una zona de huerta, se llega al puente de Gelsa, que se cruza para alcanzar al camino que conduce a esta localidad.
Dejando la localidad de Pina de Ebro a nuestra espalda la ruta se encamina en dirección norte, en busca de la carretera A-1107, que se toma a mano izquierda para cruzar el puente que toma su nombre de la población.
Tras avanzar unos 300 m una vez sobrepasada la infraestructura, frente a la pista agrícola por la que llega la etapa 27, proveniente de El Burgo de Ebro, se debe girar a la izquierda, abandonando el asfalto. En este punto avanzamos por un carril que discurre paralelo a las aguas del Ebro. El camino se adentra entonces entre campos de cultivo, bordeando el viejo cauce, aún embalsado, del galacho de Bonastre y ciñéndose de manera permanente a la orilla del río. El senderista se separa unos metros de la ribera, llegando hasta un cruce donde debe girar a la izquierda, tomando como referencia un gran pino carrasco, y avanzando a partir de este momento en paralelo a una franja de álamos blancos. Enseguida se abre un carril a la izquierda que se pierde en el soto de la Mejana de los Nidos, mientras que el Camino Natural toma un ramal situado a la derecha. Toca ahora un tramo de ribera para, inmediatamente después de pasar junto a una caseta en un cruce de acequias, bordear el soto de los Arenales, un enclave que se encuentra vallado y tiene una gran isla próxima a la orilla contraria. Después, la ruta se adentra por una zona de frutales.
De nuevo, se alza una fila de grandes álamos ribereños sobre el camino, antes de que éste acompañe el giro que lleva a cabo el río, formando el gran meandro de Belloque. En su ápice meridional, el camino se une, muy cerca de la vía del ferrocarril, con otro vial por donde aparecen marcas de la ruta jacobea del Ebro. Una vez vadeado un torrente, se deja atrás un área recreativa y se llega a una bifurcación. Aquí se separan las dos alternativas de la etapa. La primera sigue recto, hacia el sureste, para acceder a la localidad de Quinto. Lo hará desde la estación de tren, después de cruzar los caminos de la Rambleta y de la Mechaneta y de juntarse con la segunda opción.
La otra alternativa es la Ruta de las Mejanas, cuyo trazado discurre prácticamente junto al río, aprovechando el dique de defensa. Así, desde el cruce se toma el vial de la izquierda y, 500 m después, se alcanza la entrada a la mejana de la Capera. Cultivada en su mayor parte, esta mejana conserva un brazo ciego, cerrado por arriba con un dique artificial que hace de puente de paso a las fincas de la isla, y ofrece buenas vistas sobre el Ebro.
Continua este itinerario sin perder de vista la mota, rodeando el lóbulo norte del meandro hasta tomar dirección sur y ponerse a la altura de una espectacular presa. Se trata del azud del Puerto que, partido en dos por el extremo de la isla de Gelsa, desvía aguas hacia el canal que alimenta la antigua noria de dicha población. La pista sigue el borde del conjunto de islas, brazos y sotos que forman La Plana. En la última mancha de soto, se opta por el carril de la derecha para adentrarse en las huertas, camino de Quinto. Antes de llegar a la vía del tren, se encuentra el cruce con la primera alternativa, desde donde se puede acceder a esta localidad salvando la vía por un paso elevado y continuando por la calle de la estación. También se puede optar por seguir camino de Gelsa.
Si el senderista se decide por esta opción, debe continuar por el sendero que se aleja, en dirección sureste, por un carril paralelo a la vía férrea y llega a la altura de una caseta agrícola. Esta es la señal para tomar el vial de la derecha que se ciñe de nuevo a la vía. Pronto se asciende a una importante estación de bombeo y se pasa bajo el puente de la N-232. Cruzando dicha carretera se salva el Ebro sobre un largo puente y se continúa por la carretera A-1105 durante 700 m. Luego, se abandona por un camino a la derecha que, enseguida, en una encrucijada en la que tiene su conexión con la etapa 28, tramo Gelsa-Velilla de Ebro, gira a la izquierda para entrar en la población por el camino de los Chopares.
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Gelsa
Los inicios de Gelsa se remontan a la época, al menos su nombre se sabe que está relacionado con la colonia Lepida Celsa (ver etapa 28), en el término de Velilla de Ebro, aunque fueron los árabes en el siglo VIII, principalmente agricultores, los que dieron el impulso a la población tal y como se conoce hoy en día. De su cultura y tradiciones queda aún en la actualidad una fértil huerta, regada con ingeniosos sistemas hidráulicos que movían el agua del Ebro. Tras la conquista cristiana, los árabes no se fueron, sino que permanecieron en la población como mudéjares. Cuando en 1610 fueron expulsados definitivamente del país, Gelsa quedó prácticamente despoblada.
De su casco urbano resulta imprescindible visitar la iglesia de San Pedro Mártir, barroca, con un interesante retablo, el barrio morisco, de estrechas calles y viviendas cruzadas o el ayuntamiento, antiguo casino del siglo XIX.