Red de Caminos
Naturales
Etapa 17: Estremera a Villamanrique de Tajo
Descripción
Los primeros pasos del río Tajo por Madrid
Estremera es la localidad que da acceso a la Comunidad de Madrid al camino que acompaña al río Tajo. Desde aquí la etapa visita paisajes de amplios horizontes, jalonados por colinas que van encauzando el río.
La salida de Estremera se realiza por una pista que abandona el pueblo por su vertiente sur, que lleva al viajero a encontrarse con la carretera M-241. Esta pista, al igual que la mayoría de las que la etapa va encontrando, es ancha y permite un tránsito cómodo. Al abandonar la población, se pasa a mano izquierda junto a la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) que canaliza este tipo de aguas en Estremera.
A lo largo del siguiente tramo de la etapa, el camino se ve interrumpido dos veces por la carretera M-241; en primer lugar por un espacio de algo más de 400 m, para reanudarse por un trayecto de 300 m una vez salvada esta distancia. Por segunda vez, la interrupción se produce por un espacio de poco más de 1.300 m.
Transcurridos estos metros, se reemprende el camino en la incorporación a la M-240. Hay que recordar que es importante cumplir las indicaciones de las señales del camino y extremar la precaución al tráfico rodado. Se recomienda al usuario realizar estos tramos en vehículo por motivos de seguridad.
En uno de los cruces, existe una cruz de piedra conmemorativa a la entrada de una zona de campos de cultivo. También se debe tener en cuenta que, desde el principio de la etapa y a lo largo de la misma, el caminante transita de forma discontinua por el Lugar de Importancia Comunitaria y por la Zona Especial de Conservación de “Vegas, Cuestas y Páramos del Sureste de Madrid”, por lo que se debe ser especialmente cuidadoso con el entorno.
En las proximidades del pueblo de Peñarrubia, se abandona la carretera momentáneamente para acceder a una gran pista por la que discurren varias rutas señalizadas como “La Ruta del Norte del Tajo y el Canal” o el “camino del Cercado” entre muchas otras. Estas pistas permiten al viajero evitar, brevemente, el tránsito por la carretera M-240, aunque el recorrido regresa a la misma, produciéndose pequeñas discontinuidades del camino por motivos de seguridad.
En este tramo, la primera de las interrupciones se produce a escasos 80 m de la incorporación a los márgenes de la carretera y por espacio de unos 110 m. Tras reiniciarse y discurrir la etapa por espacio de un kilómetro, sufre un nuevo cese, esta vez de 250 m de largo. La marcha se reemprende en el momento en que la ruta abandona la M- 240, donde se comienza a transitar a mano izquierda por la colada de Valdecañas.
De vuelta a la carretera, tras el paréntesis de camino por la zona de campos de cultivo, la etapa vuelve a suspender momentáneamente su tránsito por espacio de unos 650 m. El acceso a Fuentidueña se realiza por el barrio del Perchel, cruzando por una pasarela sobre la autovía A-3 que une Madrid con Valencia.
El paso por Fuentidueña recorre sus más pintorescos monumentos, como la Fuente Salobre o de la Dueña, la iglesia de San Andrés Apóstol y las ruinas del castillo de Fuentidueña. Recorriendo las calles altas del pueblo, se abandona esta preciosa localidad madrileña por una pista usada como vía pecuaria y que encamina al viajero hacia su destino: Villamanrique de Tajo.
La etapa continúa unos kilómetros más, siempre entre tierras de labor, principalmente de cereales y algún olivo, existiendo en este tramo algunas cuestas que enlazan las ondulantes formas del paisaje. El cómodo paseo es interrumpido por un cruce con la carretera M-326, cuyo trazado coincide con el de la etapa por espacio de unos 1,2 km. El camino se reanuda una vez salvada esta distancia por un acceso que sale en perpendicular del arcén derecho de la M-326 y que luego continua paralelo a ésta, hasta cruzarla de nuevo 1,5 km más adelante. Se dirige entonces hacia otro cruce con la carretera M-319.
La última parte del trayecto discurre, en su mayoría, entre tierras de labranza. El acceso a Villamanrique de Tajo, que se encuentra muy cerca de este punto, se realiza por un camino que limita al pueblo por su vertiente sureste y que sitúa al viajero entre éste y el río. Lo primero que llama la atención es el campanario de la iglesia dedicada a Jesús de Nazareno y que domina sobre el horizonte. Ya en el pueblo el viajero podrá hacer acopio de agua fresca en sus múltiples fuentes, pudiendo contemplar satisfecho a su compañero de fatigas, el río Tajo, discurriendo a sus pies.
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Castillo de Fuentidueña
Existen indicios de que pudo ser construido en el siglo XII y ampliado o reconstruido en el siglo XIV. Su historia está relacionada con la Reconquista y con los reyes Alfonso VI y Alfonso VIII, el primero por ser el conquistador de estas tierras a los musulmanes y por su romance y casamiento con Zaida, la princesa mora, y el segundo por dar los Fueros y el mercado a la Villa.
Fue elegido sede del reino en tiempos de Doña Urraca, mujer de Alfonso I el Batallador. En la Guerra de la Independencia, durante el siglo XIX, sufrió los mayores destrozos, al ser utilizadas muchas de sus piedras en otras construcciones.
Este castillo albergó a varios presos ilustres, como D. Álvaro de Luna, Marqués de Villena.
De planta grande e irregular, se componía de dos cuerpos separados por un foso interior. Actualmente sólo se conservan en pie un muro y parte de dos torres cilíndricas a los lados. La Torre del homenaje está situada en el frente opuesto de la ciudad y aún se puede ver su parte exterior.
Fuente Salobre
Detrás de la iglesia y a los pies del castillo está la Fuente Salobre, también llamada Fuente de la Dueña (Fuentidueña). Se trataba de una fuente dominada por la Dueña Doña Urraca, si bien hay una inscripción en la que figura el año 1883, que data de una reforma posterior. Tiene un único caño, que vierte el agua en un pilón de piedra proveniente de un manantial a través de una bóveda.